Son por inspecciones en base a denuncias de los vecinos. En la mayoría de los casos es por falta de permisos de obra y cuestiones de seguridad. Palermo y Caballito son los barrios con más conflictos.
La desaceleración de la construcción que se hace evidente desde al año pasado -por la crisis global y la escasez de créditos- no se traduce en un descenso de las clausuras y las multas. Por un lado, porque aún se están construyendo obras proyectadas en 2006 o 2007. Y además, justamente porque el parate hizo que muchas obras se detuvieran y quedaran en estado de abandono, convirtiéndose en un peligro mayor aún para la zona.
"Cuando una obra queda parada, no podemos intimar a que el dueño la reanude. Y se nos presenta una situación complicada, porque habitualmente al constructor que está en falta lo que más le duele es que le paralices la obra. En esos casos, el único recurso que tenemos es aplicar multas para intentar que cumplan con las medidas de seguridad", explicó a este diario Pablo Bourlot, de la Agencia Gubernamental de Control (AGC).
Los datos oficiales dicen que el motivo del 70% de las clausuras que se realizan son faltas de permiso de obra. En muchos casos se trata de trabajos de refacción en viviendas particulares, que los vecinos denuncian por ruidos molestos. Pero también existen obras nuevas sin permiso oficial gestionado, lo que permite al constructor ahorrarse dinero en trámites.
De acuerdo a los registros de la AGC, entre enero y mayo de 2009 ya se han registrado 2.862 denuncias vecinales contra obras en construcción. A la cabeza figuran los barrios preferidos por la actividad inmobiliaria: Palermo y Caballito. En el primero se registraron 243 denuncias y en el segundo, 202. También en 2009 Palermo y Caballito habían sido los barrios con más denuncias, con 708 y 478, respectivamente. Los reclamos se pueden realizar en el teléfono gratuito de la Ciudad, el 147.
En el Gobierno dicen que, además de los papeles en regla, lo que más miran es la correcta ubicación de las pantallas que deben colocarse para asegurar que no caiga ningún material hacia la calle.
El sistema, de todas maneras, está lejos de ser ideal. En la calle Valentín Virasoro al 700, en Caballito, un grupo de vecinos viene luchando contra una obra que tiene dos pisos más de los autorizados, según lo estableció un dictamen de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Desde la AGC lo confirmaron. "Los inspectores pasaron el 20 de mayo e intimaron al responsable a regularizar la situación: deberá presentar nuevos planos o adecuar la obra a los existentes", dijo una fuente consultada.
En Protocomuna Caballito, un grupo que se opone al auge de la construcción, Gustavo Desplats dice que "las multas son bajas y generan que los constructores prefieran pagar a hacer las cosas bien. Las normas autorizan un margen de error de hasta un 3% sobre la cantidad de metros cuadrados autorizados a construir. Con el valor que tiene hoy el metro".
Desde el Gobierno, Bourlot defiende su tarea y asegura que la alta cantidad de clausuras "es producto del incremento de la cantidad de inspecciones".
Hasta el año pasado los registros y las inspecciones estaban unificados en la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (DGFOC). Ahora hay un organismo dependiente del ministerio de Desarrollo Urbano para el registro y otro en el ámbito de la Agencia Gubernamental de Control, para la fiscalización. En la Agencia aseguran que la cantidad de inspectores para el control de obras pasó de 60 a comienzos de 2008 a 120 actualmente.
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