Por Jorge Oviedo
Suponga que compró hace mucho una casa en un barrio apartado. Que al cabo de años la zona mejoró, porque llegó el subte, se hizo un shopping o cosas por el estilo. Tal vez Ud. ya se jubiló, pero se encuentra con que las casas de los alrededores se venden a precios altísimos. Y con que el gobierno de la Ciudad quiere cobrarle impuestos sobre la vivienda como si se hubiera vuelto millonario.
El gobierno porteño dice que quiere valuar los inmuebles según el precio de mercado y actualizarlo todos los años, como pasa con las patentes de los autos ¿Parece lógico? No lo es. El mercado de automóviles es muy distinto al de los inmuebles. Un mismo auto no cambia de valor según el barrio en el que está. Y pasado el tiempo, salvo rarísimas excepciones, sólo se desvaloriza en términos reales y no lo contrario.
¿Por qué proponen algo así Macri y los suyos? Porque están cortos de fondos. Y dicen que no quieren dejar de hacer obras, como si ésos fueran los únicos que pueden recortarse. Nadie, no sólo Cristina, quiere hacer un ajuste, en particular si se tiene sueños presidenciales.
Hay más malas noticias. El mercado de los inmuebles está alterado. Un estudio de la UADE muestra que se necesita el doble de salarios que en 1997 para comprar un metro cuadrado de vivienda. El valor de muchas propiedades no tiene relación alguna con los costos, ni con la capacidad de compra de los que necesitan una propiedad, ni con la renta que se puede obtener alquilándolos. Para decirlo claramente: el valor de las propiedades está enloquecidamente alto.
¿Por qué? En la Argentina de los Kirchner, en la que se confiscaron los ahorros acumulados en las AFJP, con el dólar planchado por una presidenta del Banco Central que prometió mantenerlo alto, con depósitos a plazo en pesos que pierden por goleada con la inflación y boqueteros que vacían como si nada algunas cajas de seguridad, nada parece más seguro que los ladrillos. Y nada parece capaz de abaratar los metros cuadrados, ni siquiera la fortísima recesión de 2009. Dicen los kirchneristas que el Gobierno mejora la distribución del ingreso, pero la vivienda está cada vez más lejos para los asalariados.
En el momento en que más caras están las viviendas, que los bolsillos son erosionados por la inflación que al Gobierno ni le preocupa y la mayor presión impositiva de la historia en la Nación, aparece un proyecto porteño que propone actualizar impuestos según los precios del mercado inmobiliario. ¿Por qué sus autores habrán hecho campaña electoral prometiendo bajar tributos?
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