domingo, enero 31, 2010

LA REFORMA NECESARIA

Por Facundo de Almeida *

Hace pocas semanas dábamos cuenta en esta misma columna de la positiva evolución de las instituciones del patrimonio arquitectónico en los últimos años. No hay duda de que estamos mucho mejor: se crearon instancias especiales en la Legislatura y la Defensoría del Pueblo, se desempolvaron aspectos del Código de Planeamiento Urbano que se encontraban en desuso, comenzó a aplicarse parcialmente la ley de Patrimonio Cultural, se instauró, hasta fin de este año, un procedimiento de protección preventiva para los edificios construidos antes de 1941, la Justicia local intervino en forma efectiva frente a flagrantes violaciones de derechos a la protección del patrimonio cultural, y se produjo una movilización vecinal sin precedentes encabezada por organizaciones como Basta de Demoler, S.O.S. Caballito, Protocomuna Caballito, Proteger Barracas, Preservar San Telmo, Devoto Preserva, entre otras.

Sin embargo, el incremento notable en estos cuatro años de la cantidad de inmuebles catalogados –se protegieron más de 800– y la aprobación o reglamentación de 30 nuevas Areas de Protección Histórica, ampliando considerablemente la superficie de la Ciudad que está protegida, exigen repensar el sistema de protección, inspección, estímulos y sanciones para el patrimonio edificado.

Por estos días el Ministerio de Desarrollo Urbano ha hecho público un estudio por el cual determinaron que la mayor parte de las parcelas de Buenos Aires estarían ocupadas por edificaciones bajas y sólo el 23,4 por ciento por torres y edificios en altura. Para el ministro Daniel Chaín, titular del área, el reclamo vecinal contra la construcción indiscriminada de torres estaría entonces provocado por una suerte de “sensación de construcción indiscriminada de torres” en razón de que los edificios se encuentran concentrados en algunos barrios –San Nicolás, Recoleta, Retiro, Palermo, Belgrano, Montserrat, Almagro, Balvanera, Caballito y Flores– más que por el real incremento desmedido y anárquico de la edificación. Parece no recordar que los reclamos fueron protagonizados por vecinos de algunos de estos barrios, pero también por los de Villa Devoto, Villa del Parque, Barracas, Colegiales, Coghlan, Segurola, Belgrano R, Constitución y La Boca.

Este estudio sería sólo una cuestión testimonial si no viniera acompañado por el anuncio de la elaboración de un nuevo Código de Planeamiento Urbano, basado en el Plan Urbano Ambiental sancionado en 2008 por la Legislatura porteña.

La solución, anuncian los arquitectos de Desarrollo Urbano, sería reemplazar el actual sistema de F.O.T. (para calcular lo que se puede construir se multiplica la superficie del terreno por un coeficiente) por uno nuevo donde se fijen las alturas máximas en cada sector de la ciudad. Lo que nadie dice es si las alturas serán establecidas respetando las que predominan en la actualidad según las características de cada barrio o como ocurre con la normativa actual, si se fijarán límites muy superiores condenando a la demolición a las casas bajas según el interés de los desarrolladores inmobiliarios.

En este debate que se viene no puede quedar fuera la preservación del patrimonio arquitectónico y su consiguiente impacto sobre el medio ambiente y la calidad de vida. Para ello debe organizarse, replantearse y fortalecerse la normativa y las instituciones vinculadas con el tema.

La existencia de dos normas referidas al patrimonio edificado –la Ley 449, conocida como Código de Planeamiento Urbano y la Ley 1227 de Patrimonio Cultural– fijan autoridades de aplicación distintas –el Ministerio de Desarrollo Urbano y de Cultura, respectivamente– algo que en la práctica deja en manos de los arquitectos que copan la primera de estas instituciones, que ahora ni siquiera se llama de “Planeamiento”, sino de “Desarrollo”, algo que la mayoría de los funcionarios confunde con la construcción de edificios altos. Como dice el editor de m2, es dejar en manos de Drácula la Dirección General del Banco de Sangre.

Otro aspecto a resolver es la falta de unificación de criterios entre ambas normas para la preservación de los inmuebles. La segunda de ellas, más moderna, progresista y adecuada a los principios de la Constitución de la Ciudad, incluye la protección de conjuntos, de sitios y lugares históricos, e incluso permite proteger el uso si éste se encuentra asociado a su valor patrimonial, pero el organismo responsable de su aplicación –el Ministerio de Cultura– no ha ejercido jamás el poder de policía que le otorga la ley.

Las sanciones brillan por su (casi) ausencia. Hay que ir a buscarlas al Código de Edificación y son leves y difíciles de aplicar, y las del Código de Planeamiento Urbano sólo existen para el caso extremo de la demolición sin permiso de un edificio catalogado –prohibición de construir más del 70 por ciento de la superficie existente al momento de la protección– y no se registran antecedentes de su aplicación. Tampoco se ha establecido el régimen de penalidades que ordena la Ley de Patrimonio Cultural, sancionada hace ya seis años.

En cuanto a la estructura administrativa la situación es peor. El Poder Ejecutivo no ha acompañado las reformas que se sucedieron en los otros poderes del Estado local. Las áreas específicas del Ministerio de Cultura son una Dirección General del Casco Histórico que brilla por su ausencia y que no ejerce un poder real en el área que le toca intervenir y una Dirección General de Patrimonio que, más allá de las buenas intenciones de su directora actual, sólo ha podido incidir en casos puntuales como fue la estrategia legislativa para salvar la Casa de Liniers.

En Desarrollo Urbano, poder real en la materia, el patrimonio arquitectónico se encuentra reducido a una Supervisión de Patrimonio Urbano, en la escala inferior de la estructura jerárquica, y que, más allá de los esfuerzos de su responsable y equipo –que no supera la docena de empleados–, poco puede hacer para actuar sobre una ciudad que año a año incrementa sus inmuebles y áreas protegidos.

Acompañando esta tarea está el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales, que a pesar de adquirir nuevas competencias y responsabilidades –ahora sus decisiones son vinculantes y tiene que evaluar todos los pedidos de obra o demolición de edificios anteriores a 1941– sus miembros siguen ejerciendo la función ad honorem.

Este Ministerio tiene también a su cargo la facultad de inspección de las obras e intervenciones en edificios de valor patrimonial. Esta tarea la ejercen los mismos inspectores que tienen relación cotidiana con los gestores representantes de los desarrolladores inmobiliarios –lo que tiñe de sospechas muchas de sus intervenciones– y sin una especialización en materia de restauración de edificios valiosos.

La reforma es necesaria y urgente. Tal vez un camino posible sea la sanción de un Código de Patrimonio Arquitectónico que unifique las otras normas, establezca criterios de intervención que permitan aplicarse a cada inmueble y dentro de éste a cada sector del mismo –como ha sugerido en más de una oportunidad el arquitecto Fabio Grementieri–, fije sanciones precisas y contundentes, y promueva estímulos efectivos y adecuados que hagan sustentable el patrimonio edificado.

La aplicación de ese Código podría estar a cargo de un Consejo de Patrimonio Arquitectónico, que al estilo de otros que existen en la Ciudad –el de los Niños, Niñas y Adolescentes, por ejemplo– dependa del jefe de Gobierno, cuente con la estructura y personal, y poder de policía suficiente para cumplir su función, y esté integrado por profesionales de diversas disciplinas, representando al Ministerio de Cultura, al de Desarrollo Urbano, a la Legislatura y Organizaciones No Gubernamentales –respetando las funciones concurrentes que establece la Ley de Comunas–, para establecer criterios e implementar planes de acción de preservación, restauración, puesta en valor y sustentabilidad del patrimonio, y más allá de la dimensión arquitectónica, incluya aspectos como la viabilidad económica, la función social de los inmuebles patrimoniales y la preservación del medio ambiente.

* Licenciado en Relaciones Internacionales. Magister en Gestión Cultural por la Universidad de Alcalá de Henares.

jueves, enero 14, 2010

Dicen que la Ciudad puede seguir creciendo, pero sin tantos edificios

La polémica por la construcción

Por: Nora Sánchez

Buenos Aires tiene mucho potencial, pero los expertos afirman que para desarrollarse no necesita crecer en altura. El debate se generó a partir de un relevamiento parcela por parcela del Ministerio de Desarrollo Urbano, publicado por Clarín el 3 de enero, que reveló que sólo el 23,4% de las 296.533 edificaciones de viviendas y oficinas tienen más de tres pisos. Los especialistas dicen que sería aconsejable aumentar la densidad de población de la Ciudad en las áreas donde se concentran los servicios y los empleos. Pero advierten que densidad no equivale a altura. En cambio, proponen recuperar edificios ya existentes o edificar pocos pisos, pero hasta el fondo de manzana.

"Es recomendable que algunos sectores de la Ciudad, los mejor conectados y comunicados, se densifiquen con el fin de concentrar vivienda y trabajo con servicios -sostiene el presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, Daniel Silberfaden-. Hay que permitir que haya una ciudad dentro de otra y que convivan diferentes densidades, velocidades y usos, entremezclados y relacionados a través del espacio público. Hace falta repensar la Ciudad, pero cualquier plan debe reconocer la existencia de la Ciudad real, con sus fortalezas y debilidades. Y debe ser discutido de lo general a lo particular, desde los vecinos hasta los expertos, con consensos en pirámide de abajo hacia arriba".

"La Ciudad debería ofrecer zonas de mayor y de menor densidad -dice el urbanista Alberto Varas-. El problema es cómo se distribuye la relación entre edificios altos y bajos, porque el Código de Planeamiento vigente es genérico y no considera al entorno. Buenos Aires se presta para mantener bajas las áreas ya consolidadas, como Devoto o Parque Chas. Otras zonas, como Villa Crespo o Colegiales, pueden crecer con relativa baja altura, con edificios de tres o cuatro plantas. Porque densidad no es sinónimo de altura: un tejido compacto de construcciones de cuatro pisos da mucha densidad. También hay áreas sin desarrollar, como los bordes del Sur y el Oeste con la General Paz, donde se podrían hacer viviendas. Porque sería más conveniente que los que trabajan en Capital, vivan en Capital, para disminuir los costos de infraestructura y los traslados".

"En esta discusión tenemos que participar los vecinos, porque somos los primeros afectados y hasta ahora no fuimos tenidos en cuenta -reclama Santiago Pusso, de Basta de Demoler-. En los debates de urbanismo, siempre se privilegia la teoría pero no se tienen en cuenta las consecuencias para la gente. Hay zonas que por densificarse se han tornado incómodas de vivir, por eso muchas personas ser fueron a barrios del conurbano".

Margarita Charrière, ex subsecretaria de Planeamiento de la Ciudad y pro-secretaria del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, también aboga por aumentar la cantidad de habitantes en áreas centrales. Pero advierte: "No necesitamos torres para aumentar la densidad habitacional. Hay modelos de ocupación del lote hasta el fondo de manzana, con patios y alturas bajas, con los que se consigue la misma densidad. Además, hace falta una ley de recuperación de edificios, para rehabilitar construcciones en desuso que fueron levantadas antes de que existiera el Código de Planeamiento y hoy están fuera de norma. Se trata de edificios vacíos que se podrían adaptar a usos actuales, lo que ayudaría a preservar la imagen de los barrios".

El arquitecto Fernando Diez, especialista en Desarrollo Urbano, observa: "Los edificios altos están desparramados en la ciudad y eso es un problema, porque se produce la segmentación del tejido, algo perjudicial tanto para las construcciones altas como para las bajas. La ciudad es heterogénea y hay que buscar una solución para cada área. Hay lugares donde está permitido levantar edificios y tiene sentido hacerlos. Y sitios donde ahora se permiten pero convendría prohibirlos. Los constructores compran terrenos donde ya existen los derechos de construir en altura, lo que pasa es que esos derechos no habían sido ejercidos antes. Entonces, para poder decidir estas cuestiones y cambiar la norma en función de la conveniencia urbanística, y no de los intereses particulares, hay que crear una neutralidad económica".

Según Diez, hay que crear un mercado de derechos de construcción. De esta forma, los dueños de propiedades en lugares donde se prohíba construir en altura podrían venderle los derechos de construcción perdidos a los dueños de las parcelas donde la norma empiece a permitir la construcción hacia arriba. Para ejercer el derecho a construir en altura, estos últimos estarían obligados a comprárselo a los primeros. Así se evitarían demandas al Estado por los cambios en la regulación.

"Más allá de la discusión sobre si densificar o no, hay que analizar cada área y buscar alternativas que mejoren la calidad de vida -dice Pusso-. Nuestra postura no es no a las torres, sino que hay que planificar la ciudad y preservar la identidad de los barrios".

domingo, enero 03, 2010

Cae un mito: sólo un cuarto de la Ciudad tiene edificios

CLARIN, BA, 3 DE ENERO DE 2010

El 96% de las construcciones no supera los diez pisos

Por: Nora Sánchez

Un mito acaba de derrumbarse: en Buenos Aires no predominan los edificios altos, sino las construcciones bajas. El Ministerio de Desarrollo Urbano porteño hizo un relevamiento parcela por parcela para determinar los usos de suelo. Y detectó que apenas el 23,4% de las 296.533 edificaciones destinadas a viviendas o departamentos, oficinas, instituciones o fábricas que hay en la Ciudad tienen tres o más pisos. Y el 96,1% no supera los 10. La mayoría tiene uno o dos pisos y los edificios en altura ocupan menos de un cuarto de la superficie porteña. Los urbanistas dicen que la Ciudad parece más alta porque determinadas zonas están más densamente construidas. Y advierten que hace falta planear un diseño de ciudad para que el crecimiento sea equilibrado.

Durante un año y medio, 15 investigadores de la Unidad Sistemas de Inteligencia Territorial (USIT) recorrieron las 318.000 parcelas porteñas para relevar los usos del suelo. Así verificaron que en el 93% hay construidas viviendas, departamentos, oficinas, edificios de destino único (como hoteles, hospitales o escuelas) y fábricas. Pero también descubrieron que el 76,6% de esas edificaciones tiene uno o dos pisos y el 13,3%, entre 3 y 5. Y en 105.166 parcelas, más de un cuarto de la ciudad, todavía hay casas unifamiliares.

Pese a la percepción de la gente, los edificios en altura aún son minoría. Sólo el 3,9% de las construcciones supera los 10 pisos, incluyendo 1.347 torres de más de 15. "La gente percibe otra cosa porque la Buenos Aires que más vemos es la céntrica -dice el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín-. El desafío del desarrollo es ir llevando la actividad a las zonas menos densamente edificadas para ir compensando la Ciudad".

Los barrios con más edificios altos son San Nicolás, Recoleta, Retiro, Palermo y Belgrano, en el corredor norte. Y en el oeste, Monserrat, Almagro, Balvanera, Caballito y Flores, con Rivadavia como eje. Las construcciones bajas predominan en el sur, en barrios como Mataderos, Villa Soldati o Villa Riachuelo. También se mantienen bajos Devoto, Villa Pueyrredón, Monte Castro y La Paternal.

"La edificación de la Ciudad terminó hace 50 años -explica el geógrafo Fernando Alvarez de Celis, director general de Planeamiento y coordinador del relevamiento-. El fenómeno que se está dando ahora es la densificación o desarrollo en altura. En promedio, construyen 1.120 edificios por año. A este ritmo, las parcelas con menos de 3 pisos serían completadas con edificios en 250 años. Claro que esto es sólo en términos teóricos, porque el Código de Planeamiento preserva la baja densidad de algunas zonas. Y por ahora, la densificación se concentra en áreas centrales".

En la Ciudad hay 5.562 lotes sin construir y 2.515 edificios abandonados. Por eso para hacer nuevos edificios hay que demoler construcciones más bajas. Ahora hay 8.860 en obra, la mayoría en zonas ya desarrolladas en altura. "Como hay áreas que se fueron saturando, también empiezan a levantar edificios en barrios como Villa Urquiza o Villa Crespo", dice Chaín.

"La construcción en altura está concentrada en muy pocos barrios, como Barrio Norte, Caballito o Villa Urquiza -coincide el urbanista Ricardo Koop, presidente de la Subcomisión de Planeamiento de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA)-. Pero hay una gran parte de la ciudad a la cual no llegó esta burbuja inmobiliaria. El capital busca las zonas más redituables para invertir, donde tiene asegurado el éxito de venta. Esto genera una gran desigualdad en el crecimiento urbano".

Koop afirma que para ordenar el crecimiento hay que reemplazar el Código de Planeamiento Urbano actual, que determina la cantidad de m2 que se pueden construir en un terreno multiplicando la superficie de éste por un número. A esto se le llama Fórmula de Ocupación Territorial (FOT). Así, sumando varias parcelas es posible levantar edificios altos aún en zonas bajas. "El Plan Urbano Ambiental aprobado hace un año apunta a generar un nuevo código que va a cambiar el FOT por un límite claro de la altura, que va a respetar la morfología de las zonas", anticipa Koop.

Al urbanista Enrique García Espil, también de la SCA, no lo sorprende que en la Ciudad haya 69.318 edificios de más de 3 pisos, contra 227.215 de menos de 2. "En Buenos Aires más del 40% de la población habita viviendas individuales, cuando en París es el 4%. La nuestra es una ciudad muy diversa, con zonas de casas, departamentos y torres. Esto es bueno, excepto cuando todo está mezclado en la misma manzana, como ocurre Además, hay muchos lotes chicos, de 8,66 metros de ancho, lo que hace que en la misma cuadra convivan 12 o 13 fachadas distintas. Hace falta buena planificación urbana e inversión pública".

"Buenos Aires sufre no haber tenido un proyecto de Ciudad para ir creciendo con coherencia -opina el arquitecto José Antonio Urgell-. Hay que planear ese diseño. No propondría intervenciones en barrios ya consolidados, buscaría sitios que se puedan desarrollar, como la zona sur. Ahí hacer torres con luz y aire puede ayudar a mejorar la calidad de vida. Antes, hace falta inversión pública y un buen sistema de transporte"

viernes, diciembre 04, 2009

Freno al shopping de Caballito

Gracias a la insistencia de agrupaciones vecinales del barrio porteño de Caballito, ayer los diputados de la ciudad de Buenos Aires votaron a favor de suspender el tratamiento de un proyecto de rezonificación de un terreno donde se quería construir un megashopping.

El predio en cuestión está ubicado en Avellaneda al 1500, tiene poco más de 70 mil metros cuadrados y, actualmente, es propiedad de la empresa IRSA. El grupo inmobiliario, también, es dueño de los centros comerciales más importantes del área metropolitana.

Los vecinos de Caballito se oponen a la construcción del shopping porque, entre otras cosas, reclaman la creación de un amplio espacio verde. Además, “la vida que llevamos puede cambiar radicalmente, ya que tenemos la experiencia de lo que les pasó a los vecinos de Saavedra. Después de que IRSA construyó el shopping DOT Baires, la contaminación ambiental y sonora es una realidad en la zona”, estimó Mario Oybin, miembro de SOS Caballito.

El legislador ibarrista Eduardo Epszteyn, uno de los primeros en oponerse al proyecto inmobiliario, ayer propuso que el expediente se levantase del tratamiento legislativo del día. Con cincuenta votos a favor y como ésa era la última sesión del año, recién a principios de marzo de 2010 se podrá debatir nuevamente el tema.

sábado, noviembre 21, 2009

Discutiendo los shoppings

Mientras el tema patrimonial avanza por el país, el nuevo proyecto del Shopping Caballito despertó el interés de la Defensoría del Pueblo. ¿Hubo estudios de impacto ambiental?


Por Sergio Kiernan

El defensor adjunto del Pueblo porteño con alzada en temas urbanos, de patrimonio y calidad de vida, Gerardo Gómez Coronado, tiene una curiosidad. Resulta que el funcionario, cuyo mandato fue una gran idea de la defensora Alicia Pierini, todavía se acuerda del nacimiento del mega súper shopping Dot, en el borde de la ciudad justo enfrente del Acceso Norte. Gómez Coronado recuerda que los vecinos no se opusieron en particular al proyecto, en parte porque nunca se imaginaron el descomunal tránsito que iba a arrasar con su barrio. Hasta hay una pequeña película, que muestra el famoso feriado de la nevada con ese rincón de Núñez todo blanco y vacío de autos desde un balcón frente a lo que hoy es el shopping. La segunda parte de la filmación muestra el mismo lugar tapado de autos, con lo que esas calles nunca más tendrían ni chance de quedar blancas de nieve.

Lo mismo está ocurriendo con el proyecto de shopping en Caballito y Gómez Coronado le envió un pedido de informes al inefable ministro de Desarrollo Urbano porteño, Daniel Chaín. El defensor recuerda en su escrito que los vecinos le pidieron ayuda y que el 21 de septiembre inició una actuación solicitada por SOS Caballito y Protocomuna Caballito. El shopping está en un terreno comprado por Irsa en 1999, de 23.900 metros cuadrados –algo más de dos manzanas– y que el plan es construir un inmenso edificio de 37.000 metros, el equivalente a casi cuatro manzanas completas.

No extraña que en los siguientes párrafos Gómez Coronado le refresque al ministro las partes relevantes de las leyes de medio ambiente de nuestra ciudad, y en particular la parte del Plan Urbano Ambiental que busca crear un Corredor Verde Oeste a lo largo de las vías ferroviarias y en particular de las playas de maniobras de Caballito y Liniers, justito donde se hará el shopping.

Lo que solicita la Defensoría es que Chaín envíe los estudios específicos que seguramente habrá realizado en el marco del PUA para autorizar el shopping en el marco del Corredor Verde. También quiere que le explique por qué se omitió discutir el proyecto en audiencia pública en la Legislatura, como ordena la ley, y si alguien se dio por enterado del caos vehicular que generó el shopping Dot, haciendo algún plan de contingencia.

domingo, noviembre 01, 2009

El paisajista de Buenos Aires


Un siglo atrás era un hombre que todos los porteños conocían; hoy no puede decirse lo mismo, aunque todos sigan disfrutando de su obra, desde el diseño de los parques y plazas hasta los árboles de cada calle. Esta semana abre un merecido homenaje al señor del jardín.

Se convirtió en el “jardinero mayor” de Buenos Aires cuando en la ciudad no había mucho más que una elite riquísima en proceso de afrancesamiento cultural, sectores populares que habitaban conventillos y casas precarias escondidas tras frentes de material. Al francés Carlos Thays le bastó el nombramiento en la Dirección de Parques y Paseos porteña para inventar el paisaje urbano que dio identidad a Buenos Aires hasta hoy: a sabiendas de que cada árbol tiene una época de floración diferente, aclimató jacarandás, tipas, lapachos y palos borrachos, y luego plantó 150 mil por toda la ciudad, de manera que siempre hubiera árboles floridos por las calles; dio las formas definitivas a Palermo, Parque Centenario, Plaza Lavalle, la Plaza Congreso, Barrio Parque, el Jardín Botánico y decenas de plazas de barrio. Ya que estaba, hizo lo propio por Mendoza, Salta, Mar del Plata, Tucumán, Paraná... En el medio, inventó el concepto de parque natural nacional cuando recién empezaba el siglo XX y nadie pensaba en preservar el entorno de las cataratas de Iguazú. ¿Algo más? Sí: a fuerza de testarudez, hizo posible la industrialización de la yerba mate. Y sin embargo, aun cuando su presencia sigue siendo constante, recién ahora la ciudad que ayudó a imaginar y concretar le rendirá un homenaje. Claro que la ocasión será, como su propio ímpetu jardineril, monumental: mil metros cuadrados del Centro Cultural Recoleta le serán dedicados desde el atardecer del miércoles 4 (y hasta el 6 de diciembre), cuando se inaugure “Carlos Thays, un jardinero francés en Buenos Aires”.

El paisaje cotidiano

Para quien la habita, una ciudad bien puede ser una sucesión de espacios en los cuales se desarrolla su vida: en una calle quizás haya transcurrido su infancia, en un parque tal vez se reuniera en las primaveras con sus amigos, en una plaza puede haber descubierto horizontes insospechados, y así cada rincón. Pero quien la recorre y la tiene por mundo inmediato y propio nunca diría que esos lugares, esos ámbitos públicos que con el tiempo se transforman tanto como las personas, no tienen identidad. “Históricamente, se calcula que una generación son 30 años. Eso quiere decir que desde que Thays puso manos a la obra aquí hubo por lo menos cuatro o cinco generaciones. Hubo, de habitantes de la ciudad, aproximadamente, 10 o 15 millones que se fueron sucediendo en el tiempo. Buenos Aires tuvo una población más o menos estable de tres millones de habitantes promedio en estos 120 años: son personas que vivieron su vida signada por Thays y tal vez no lo saben, como posiblemente no lo sepan tampoco los habitantes de ciertos lugares del interior”, indica Sonia Berjman, doctora en Historia del Arte, especialista en historia urbana porteña y curadora (aunque lo más correcto, y aun así mezquino, sería decir alma mater) de la inminente exposición homenaje que llega, además de al comienzo del mes del jacarandá, cuando se cumplen tres aniversarios: 160 años del nacimiento de Thays, 120 de su radicación en Argentina y 75 de su muerte.

Todos esos números son la clave para leer la historia de un hombre que nació y se formó en Francia (aunque Berjman, en sus indagaciones por archivos, no dio con una sola institución que recuerde, en sus registros, haberlo tenido como alumno), se convirtió en mano derecha de Edouard André (el gran paisajista francés de fines del XIX), y no tuvo más remedio que venir en su lugar cuando, llegando 1888, Miguel Crisol quiso contratar a un jardinero refinado para inventar una urbanización elegante en Córdoba. Así llegó Thays a la Argentina (tras dejar una París que recién estrenaba la Torre Eiffel), sin contar con que un par de años después la crisis del ’90 desbarataría los planes y truncaría el proyecto. De paso por Buenos Aires, mientras planeaba encaminarse de regreso a Francia, lo tentaron con la Dirección de Parques y Paseos Públicos de la ciudad. Explicó que sólo lo haría si ganaba un concurso público, que a su pedido se realizó, y que él ganó con un proyecto completo de desarrollo paisajístico urbano (ver aparte). ¿Su plan? Convertir los bosques de Palermo en una suerte de Bois de Boulogne porteño (y lo logró: tan eficaz fue su intervención que, apenas concluyó su proyecto, el paseo por Palermo reemplazó a la Alameda como ocio favorito de la gente elegante, como señala Leandro Losada en Historia de las elites en la Argentina); poblar Buenos Aires de un sistema de pequeñas plazas barriales (que funcionaran para esparcimiento de los vecinos) y algunos grandes parques (que, además de convertirse en grandes puntos de encuentro, funcionaran de pulmones para la ciudad); no dejar calles sin árboles ni árboles sin flores. Hacer, de la ciudad, una suerte de jardín moderno.

Por todo eso insiste Berjman con que el homenaje a Thays puede servir para, además de recuperar parte del patrimonio urbano y nacional, comprender cómo se llega a este paisaje. “Es para que los vecinos de la ciudad de Buenos Aires se den cuenta de que viven en una ciudad que es así porque hace 120 años acá vivió un señor que se llamó Thays y que pensó cómo iba a ser la ciudad 120 años después. Porque lo que tiene el paisajismo, a diferencia de todas las otras artes, es la dimensión del tiempo: el paisajista tiene que tener una visión prospectiva del futuro y decir ‘a ver, estoy plantando un arbolito que tiene 30 centímetros, ¿cómo va a ser esto dentro de 20, 40, 60, 80, 100, 200 años?’ Los parques de Thays toda la vida han sido casi perfectos, porque él tuvo esa visión de cómo poner las plantas. ¿Qué recuerda de uno de los picaditos de la infancia? ¿Del noviazgo adolescente en una plaza? ¿Del jardín de la escuela? ¿De haber ido a tomar un helado al parque? Toda nuestra vida se desarrolla en torno de los parques. El jardín es el origen de la humanidad. Adán y Eva vivían en un jardín, en un paraíso del que los expulsaron. Entonces el ser humano tiene esa culpa original, rehace jardines para tratar de mitigarla.”

El señor del jardín

No lo homenajea ninguna calle, pero sí un parque (el de Figueroa Alcorta que, años atrás, albergó el Ital Park). Y sin embargo, aunque pareciera no formar parte más que de la pequeña historia urbana, se sabe de Thays que la adorable casita en medio del Jardín Botánico supo ser su hogar (como el Jardín Zoológico era, a la vez, el de su amigo Clemente Onelli), que vivió allí con su mujer, con sus hijos. Que estaba apegado a su trabajo, pero más todavía a sus plantas, a las que amaba con tanto fervor que no había persona en Buenos Aires que no supiera quién era. “Por donde quiera que descubre un lugar propicio, el buen maestro jardinero aparece para plantar algún vástago que más tarde será la alegría de los ojos”, apuntaba Georges Clemenceau en medio de los festejos del Centenario.

Thays y el tipo de mentalidad que ponía en juego no podrían haber existido en otro momento ni en otras condiciones: erudito, favorito de los ricos, que lo habían contratado, no por ello se limitó a generar lujos. “Trabajó para los estancieros, pero también para los obreros –señala Berjman–. El hizo también parques de estancias, jardines de residencias y demás, pero cuando venían unos vecinos del barrio tal y le decían ‘queremos la plaza’, él les hacía la plaza. Y si le pedían plantas y flores para una fiesta, ahí iba el carro de la municipalidad a regalar flores tanto para la fiesta de Villa Santa Rita como para la fiesta de la Recoleta. Y Thays plantó 150 mil árboles en la ciudad. La arboleda que tenemos hoy, que está a punto de morir porque tiene 120 años y está en su último período, fue la plantada por Thays y su hijo (Carlos Thays, también director de Parques y Paseos Públicos algunos años después de que su padre dejara el puesto, y hasta comienzos del primer peronismo). El fue también quien instauró el día del árbol, el 11 de septiembre: era un gran evento y los chicos de la primaria salían a plantar árboles en las plazas.”

El ángel germinador

Además de no poder ver un espacio libre sin pensar en cómo volverlo verde, Thays había desarrollado una obsesión particular: la de lograr la germinación de la yerba mate, un secreto vegetal que habían logrado desarrollar los jesuitas (y luego Bonpland), pero que se había perdido con su expulsión. Vale decir que al comenzar el siglo XX en Argentina sólo se cosechaba yerba mate silvestre. “Entonces la señora de Thays hervía en unos tachos en el Botánico las semillas, probaron hasta encontrar cómo era el modo en que germinaban. Y gracias a eso el Ministerio de Agricultura distribuyó en toda la Mesopotamia el método para germinar la planta. Eso hizo posible que surgiera la industria yerbatera”, dice Berjman.

Y es que, más allá del descomunal desarrollo económico que eso permitió, la presencia de Cora Venturino, más conocida como “la señora de Thays”, fue tan importante como difícil parece ser hallar datos sobre ella. Berjman, que se sumerge en los archivos de la familia desde hace al menos 40 años, que tiene un libro sobre él editado (Carlos Thays: sus escritos sobre jardines y paisajes, ed. Ciudad Argentina) y otro en imprenta, que casi habla de él como si fuera un amigo cercano, apenas pudo rescatar unos datos sobre Cora. Se sabe que ella tenía 16 años y él 41 cuando se conocieron, “¡en una kermesse!”, que ella era de familia uruguaya y que “hicieron uno de esos matrimonios felices de toda la vida: ella iba a todos lados con él, él iba a plantar un parque, ella iba con él con una canasta con la merienda, ¡y después hacían lo mismo con los nenes! Ella lo acompañó hasta cuando fue a hacer el Parque Nacional Iguazú, a caballo, hasta las cataratas”. En la memoria de la familia Thays, agrega Berjman, Cora sobrevive como “una mujer extraordinaria y una pareja feliz: los hijos y nietos, todos recuerdan lo felices que eran ellos dos”. (Por cierto, es imposible ignorar que la familia Thays siempre ha tenido debilidad por dejar que los varones lleven Carlos como nombre de pila: Charles y Cora bautizaron así a uno de sus hijos, que a su vez tuvo un hijo Carlos, que por no desentonar tuvo un hijo Carlos; todos ellos han respetado tanto la tradición que dedicaron su vida profesional al paisajismo. Un hijo de Thays fue director de Parques y Paseos entre 1920 y 1945, y, entre otras cosas, implementó bibliotecas populares en las plazas).

Epílogos

Murió poco después de la agonía de la Belle Epoque que había ayudado a modelar en Argentina. Era 1934, corría la Década Infame, y una multitud acompañó el féretro en el camino hacia el cementerio de Chacarita. “La gente lo adoraba”, acota Berjman, y recuerda las fotos del cortejo que publicaron los diarios y algunos números: “Thays estuvo tanto tiempo como director de Paseos que durante el tiempo que él tuvo ese cargo (1891-1913), pasaron cinco presidentes y once intendentes. Al entierro, se ve en las fotos, asistieron obreros, estudiantes, funcionarios, gente fina entre comillas, ¡todo el mundo lo adoraba! Porque la gente se daba cuenta de cómo iba cambiando la ciudad. Nosotros, que ya somos la tercera o cuarta generación, que la recibimos así, no tenemos una idea de quién hizo las cosas”.

jueves, octubre 01, 2009

Shopping de Caballito: ahora cuestionan la compra del terreno

Los vecinos que rechazan la instalación de un nuevo centro comercial en Caballito por su impacto ambiental, ahora denuncian que el terreno de 70 mil metros en el que se edificará el shopping fue cedido en los ochenta por el Estado Nacional al club Ferro Carril Oeste, y no se podría desvirtuar su uso para fines comerciales.

La polémica por la instalación de un nuevo shopping en Caballito sigue cosechando objeciones de comerciantes y vecinos, que comenzaron a sumar argumentos para oponerse a este proyecto, que dicen, afectará el medio ambiente, la infraestructura y hasta la vida económica del barrio.

Es que, según dicen, no ha habido ningún estudio de impacto ambiental, no se los consultó y además denuncian que la compra de los millonarios terrenos habría sido de forma irregular.

El centro comercial estará ubicado en la Avenida Avellaneda y Andrade, es un terreno de 70 mil cuadrados que posee la empresa en un distrito residencial. A partir de ello, en la Legislatura porteña el bloque del PRO apura el trámite del proyecto 1894-J-2008 para modificar la zonificación y poder instalar el shopping, en una controvertida “excepción” a las normas de edificación.

“Le pedimos al gobierno de la ciudad que se realice un estudio de impacto ambiental que incluya un análisis de nuestra infraestructura, que está al borde del colapso, el daño que puede producirle a los pequeños y medianos comerciantes y los peligros en el medio ambiente”, le dijo a LPO el titular de la organización vecinal Protocomuna Caballito, Gustavo Desplats.

Acorde a lo que se desprende de la iniciativa, se podrá construir un shopping que triplicaría el tamaño del Abasto: 230 metros de frente, 38 metros de altura (12 pisos de altura) y 70 metros de profundidad.

Según explican fuentes legislativas, en el proyecto e le puso un tope a la altura máxima acorde a lo que solicitó la presidenta de la comisión de Planeamiento, la peronista Silvina Pedreira, quien firmó el dictamen de mayoría junto con el PRO. Además, en la iniciativa se indica que el Centro Comercial deberá “contar con un número igual o mayor a 40 locales minoristas”.

Según apuntó Desplats “es una locura. Si ese estudio de impacto ambiental diera positivo, aunque creemos que no será así, para el shopping debería hacerse un acuerdo urbanístico con una norma especial a cambio con alguna prestación para los vecinos de la ciudad o de Caballito”.

“Es insólito que no se pida nada a cambio siendo el barrio con mayor cantidad de densidad poblacional y menor cantidad de espacios verdes”, agregó.

La referencia concuerda con el caso del Dot de Saavedra, donde la empresa constructora IRSA fue obligada a construir un centro de salud y un jardín de infantes para la ciudad a cambio de la instalación del gigantesco centro comercial.

“Primero estamos esperando que los diputados no avancen con el proyecto. En ese caso nos movilizaríamos a la Legislatura para concienciar a los diputados sobre los riesgos de este proyecto”, completó Desplats.

De todas maneras, la norma es de doble lectura, es decir, debe aprobarse con una mayoría especial de 40 votos, luego pasar por una Audiencia Pública, para volver a ser considerada.

Comerciantes en pie de guerra


En este marco, los comerciantes de la zona, convocados por la CAME (Cámara Argentina de la Mediana Empresa) junto a 15 organizaciones vecinales y sociales, se reunieron ayer a las 18 en el Club Italiano.

Allí, cerca de 300 personas e incluso una murga se concentraron con una larga bandera argentina. Se mostró un video en el que se revelaban los problemas alrededor del Dot Shopping de Saavedra. Entre otros, se nombró el atascamiento de autos, la polución ambiental, los ruidos molestos e inseguridad, entre otras cuestiones. “No queremos que pase lo mismo en Caballito”, era la consigna.

Además de criticar al gobierno porteño, anunciaron que prepararán un acto el miércoles que viene en Acoyte y Rivadavia para informar a los vecinos sobre la iniciativa.

Por su lado, el titular de la Asociación de Jóvenes Empresarios de la Ciudad, Nicolás Morelli, explicó: “Hay dos ejes concretos: uno son los vecinos, que hoy inclusive nos estuvieron acompañando, y quienes creen que no se pueden sostener la promesa de campaña de Macri que tiene que ver con mantener el Corredor Verde de Caballito, más allá de la distorsión que le genera a la identidad del barrio”.

“Por otro lado acá también queremos conservar la identidad con comercios barriales, con comercios autóctonos que se verán perjudicados”, agregó Morelli.

Ante esto, adelantó que si el proyecto avanza podrían ir a la Justicia. “Es posible que presentemos un amparo colectivo si esto sigue”, concluyó.

Sospechas sobre el millonario terreno

El millonario terreno parece ser un motivo de polémica. Es que la cesión original que le realizó el Estado Nacional al club Ferro Carril Oeste en los ochenta, durante la presidencia de Raúl Alfonsín, habría tenido un destino específico para la entrega.

“Hay un uso que no pudimos determinar aún que preexiste a la venta y que no se puede cambiar”, explicó Desplats.

En ese entonces, Ferro era un club popular, con títulos y una pujante en competencias deportivas de toda índole y como lugar de socialización para los vecinos. De hecho era un símbolo barrial y allí también se organizaban fiestas, ferias y actividades sociales.

Sin embargo bajo la conducción de Marcelo Corso (1996-1999) se decidió vender este millonario terreno de la calle Avellaneda. Claro que en esta operación inmobiliaria hubo fuerte sospechas de irregularidades.

“Una persona “fantasma” lo compró, y el mismo día, se lo recompra Alto Palermo S.A.”, denunció Desplats. Y agregó que Corso estuvo imputado penalmente por defraudación en calidad de procesado ya que habría desaparecido la mitad del dinero de la venta.

Casualmente, agregó Desplats, cuando la operación se concreto los terrenos fueron rezonificados como zona Residencial de Alta Densidad (la calificación actual) mientras que Ferro tuvo que ser intervenido por el desfalco financiero en el que se encontraba y actualmente es controlado por un Órgano Fiduciario de Administración.


Protesta contra la construcción de un nuevo shopping en Caballito


Un grupo de comerciantes y vecinos de Caballito cortó ayer dos carriles de la avenida Rivadavia al 4700 para protestar contra el proyecto de construir un shopping en el barrio, en un terreno junto a las vías del ferrocarril, sobre la calle Avellaneda.

La iniciativa es de IRSA, la empresa dueña de Alto Palermo, el Dot Baires y otros shoppings. Para que pueda concretarse, es necesario que la Legislatura cambie la zonificación que tiene el área en el Código de Planeamiento Urbano. Los diputados están ahora estudiando un proyecto en ese sentido que impulsa el Gobierno de Mauricio Macri.

"Los shoppings e hipermercados han arruinado a los comercios. Hoy vemos muchísimas calles y avenidas con locales cerrados. Y los espacios verdes son cada vez menos, por la especulación inmobiliaria, que no puede estar por encima de las PYMES y los vecinos", dijo con un megáfono Osvaldo Cornide, presidente de la CAME, que agrupa a comerciantes.

Para que el proyecto pueda aprobarse, son necesarios 40 sobre 60 votos. El macrismo tiene 26. Durante la concentración, Cornide aseguró que "diputados de la oposición se comprometieron a no votar el proyecto".

El terreno, que pertenecía al Club Ferrocarril Oeste, fue comprado hace diez años por IRSA, que planea construir un shopping de 24.000 metros cuadrados.

martes, septiembre 29, 2009

Acto en contra de la instalación de un shopping en Caballito

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), junto a comerciantes y vecinos, realizarán este miércoles 30 de septiembre a las 18, un acto en el Club Italiano para manifestar su rechazo a la instalación de un shopping en el barrio de Caballito.

El encuentro se desarrollará en Avenida Rivadavia 4731 y contará con la presencia de dirigentes empresarios de toda la ciudad que se oponen a una nueva mega superficie en el barrio.

CAME y FECOBA expresaron públicamente su oposición al proyecto de ley sobre modificaciones al código de planeamiento urbano que permitiría la instalación del shopping en terrenos linderos al Club Ferrocarril Oeste.

En una carta dirigida a todos los legisladores porteños, ambas entidades sostuvieron que la autorización para que se lleve adelante el emprendimiento provocará “una nueva agresión para el comercio minorista tradicional, sector que viene sufriendo con la indiscriminada instalación de hipermercados y mega superficies comerciales similares a estos formatos, tal como ha sucedido en las últimas décadas, algunas veces con normas de excepción”.

MIÉRCOLES 30 DE SEPTIEMBRE 18 HS – CLUB ITALIANO, AV. RIVADAVIA 4731

Adhieren:

CAMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA, PROFESIONALES Y VECINOS DE CABALLITO
SOS - CABALLITO
VECINOS AGRUPADOS DE CABALLITO
ASOCIACION VOLUNTARIOS DE PARQUE CENTENARIO
LIBRES DEL SUR CABALLITO
ASOCIACION QUEREMOS BUENOS AIRES
PARTIDO SOLIDARIO DE CABALLITO
PARTIDO SOLIDARIO DE ALMAGRO
ASOCIACION COMERCIANTES Y VECINOS DE AV. GAONA
ESTACION DE LOS DESEOS CABALLITO
ASOCIACION EX PLAYA DE MANIOBRAS DE CABALLLITO
ASOCIACION CULTURAL ARTURO JAURECHE
COMUNIDAD SOLIDARIA DE CABALLITO
UNION DE BUENA VOLUNTAD DE BUENOS AIRES
BIBLIOTECA POPULAR HIJOS DEL BARRIO PIEDRABUENA
ASAMBLEA CID CAMPEADOR
ASAMBLEA POPULAR DE ALMAGRO
ASOCIACION CIVIL DE CULTURA POPULAR
COMISION INTERHOSPITALARIA DEL HOSPITAL DURAND CABALLITO
VECINOS AUTOCONVOCADOS DE SAAVEDRA
PROTOCOMUNA CABALLITO

Se cae el proyecto de IRSA para levantar un shopping en Caballito

El grupo, que tiene a la cabeza al empresario Eduardo Elsztain, encontró más trabas a su proyecto de construir un centro comercial en el barrio de Caballito. Hoy por hoy no tiene los 40 votos que precisa en el recinto de la legislatura porteña


Hace una década que Elsztain (foto) pretende levantar ese centro comercial y aunque esta vez se creía que estaban dadas las condiciones para llevarlo a cabo, finalmente se frenó. Aunque ya obtuvo despacho de preferencia, mañana no llegará a recinto, tal como esperaba.

Es más, varios diputados aseguran en off que ven "difícil" que salga este año y que es un "exceso" levantar allí una construcción de tantos pisos. "Ese proyecto no se lo vamos a votar", le dijo a este portal el jefe de uno de los bloques fuertes del parlamento porteño. Ciertamente, la propuesta no consigue aval político.

El predio donde IRSA intenta construir dicho mall es de 23.700 metros cuadrados y está ubicado entre la Avenida Avellaneda, la calle Olegario B. Andrade y el club Ferrocarril Oeste. En principio, pertenecía a Ferro, más adelante fue vendido al Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe) y desde 1999 está en manos de Alto Palermo.

Justamente en Caballito los vecinos están en pie de guerra desde el año pasado por las múltiplesconstrucciones de "torres", que no sólo modifican el paisaje del barrio, sino que también trajeronserias complicaciones al suministro de servicios.

Consultado por Infobae.com, Diego Kravetz, presidente del bloque Identidad Porteña, consideró que es necesario escuchar "el fuertísimo reclamo de los vecinos". Además, recordó que él fue el autor de la ley que limita la construcción de torres en la zona y por eso reclamó ser "consecuente" con aquella medida.

Al respecto, el diputado de Autonomía con Igualdad Alejandro Rabinovich mostró reparos y dijo que es más que necesario contemplar las demandas de los vecinos del barrio, quienes luchan para que el barrio no crezca de forma desmesurada.

"El expediente así como está hay que revisarlo para que pueda contemplar alguna de las cuestiones que están planteando los vecinos", señaló el legislador a Infobae.com.

En definitiva, el camino para que el proyecto tenga luz verde está complicado y Elsztain ve cada día más lejos el sueño de comenzar a construir el centro comercial el año próximo.

Caballito: postergan la votación para habilitar un nuevo shopping

Un gran terreno baldío en Caballito se erige como eje de una polémica que tiene como protagonistas a vecinos, la Legislatura porteña y a IRSA, la empresa que es dueña de Alto Palermo, Alto Avellaneda, Abasto y el Dot Baires de Saavedra, entre otros shoppings. Sobre una franja de terreno que corre paralela a la avenida Avellaneda, la empresa proyecta la construcción de un nuevo centro comercial y le solicitó a la Legislatura que rezonifique el área. Ayer algunos vecinos salieron a la calle a manifestarse en contra del proyecto y, por su parte, los diputados decidieron posponer el tratamiento de la ley, que estaba previsto para hoy y que necesita 40 votos positivos para ser aprobada.

Los voceros de los diferentes bloques le dieron su punto de vista a Clarín. Algunos aseguraron que, por las polémicas que genera la rezonificación, sería difícil que se logre un consenso para tratarla antes de fin de año y otros aseguraron que se trataría la semana que viene.

"Esta rezonificación se viene estudiando hace un año. Técnicamente no hay nada que impida aprobarla. Es un terreno en el que los dueños, si lo desean, podrían construir torres de hasta 70 metros", explicó una legisladora.

"En Caballito tenemos la suficiente cantidad de locales y centros comerciales, no necesitamos un shopping. Además es el último espacio verde del barrio y queremos que allí construyan un parque público", le dijo a Clarín el vecino Mario Oybin, de SOS Caballito. En esa zona -en la que además hay una playa de maniobras del ferrocarril Sarmiento y una gran cantidad de terrenos baldíos que le pertenecen al Estado nacional- debería discurrir el demorado proyecto del Corredor Verde del Oeste.

Pero para los terrenos en cuestión, sus dueños tienen otros proyectos. Fueron adquiridos por IRSA diez años atrás y antes le habían pertenecido al club Ferrocarril Oeste. Fuentes de la empresa le informaron a este diario que confían en que finalmente se trate la rezonificación para poder comenzar con la construcción en 2010. Y aseguraron que el shopping tendrá "escala barrial". Contará con cuatro niveles, más tres pisos de cocheras subterráneas, y buscarán que el proyecto "promueva la integración entre el norte y sur del barrio". Por otro lado, entienden que las protestas son injustas. Detallaron que el terreno posee 23.000 m2 y está ubicado "dentro de un área que en total tiene 200.000 m2 libres".

Otros vecinos piensan que debería realizarse un estudio de impacto ambiental: "Si como dice IRSA el shopping no generaría problemas, entonces que lo construyan pero que haya una contrapartida. Un beneficio para la comunidad, como por ejemplo una escuela", dijo Gustavo Desplats de Protocomuna Caballito. Como se trata de una modificación del Código de Planeamiento Urbano, la ley es de doble lectura y exige una audiencia pública no vinculante.

DEBE AUTORIZARLO LA LEGISLATURA Polémica con vecinos por un centro comercial

En el barrio se oponen a la construcción de un shopping por temor a la saturación de servicios y a un caos de tránsito.

En Caballito, sigue la polémica por la construcción de un centro comercial: ayer, un grupo de vecinos protestó en la plaza Primera Junta en contra del proyecto y a favor de un corredor verde, pero desde la empresa argumentan que la zona no corre riesgo de saturación y que la altura no superará los cuatro pisos.

El emprendimiento se propuso hace diez años, pero no puede concretarse porque los terrenos necesitan un cambio de zonificación, algo que se puede modificar en la Legislatura: la iniciativa debe ser apoyada por 40 legisladores, pasar a audiencia pública y de nuevo a tratamiento en sesión. El proyecto para el cambio de zonificación ya obtuvo el "despacho de preferencia", pero se pospuso su tratamiento, previsto para hoy. Algunos diputados dudan de que la propuesta se trate este año y otros aseguran que se debatirá la semana que viene.

En caso de ser aprobado, las obras arrancarían el año que viene: será un shopping de no más de cuatro pisos de alto y tres cocheras subterráneas en un predio de más de 23 mil metros cuadrados, en avenida Avellaneda y Olegario B. Andrade, cerca del Club Ferrocarril Oeste.

Desde el grupo IRSA a cargo del proyecto dicen que la iniciativa ayudará a la unión entre las zonas que están al norte y al sur del ferrocarril Sarmiento, además de revalorizar la zona. Por su parte, los vecinos rechazan la construcción de "torres" y temen por una saturación de servicios y un caos de tránsito en uno de los barrios más poblados de la Capital. De todos modos, desde la empresa descartaron la construcción de viviendas.

CAME y FECOBA rechazan la instalación de shopping en Caballito

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), expresaron hoy su rechazo al proyecto de ley sobre modificaciones al código de planeamiento urbano que permitiría la instalación de un shopping en el barrio de Caballito.


En una carta dirigida a todos los legisladores porteños, ambas entidades sostienen que la autorización para que se lleve adelante el emprendimiento provocará “una nueva agresión para el comercio minorista tradicional, sector que viene sufriendo con la indiscriminada instalación de hipermercados y mega superficies comerciales similares a estos formatos, tal como ha sucedido en las últimas décadas, algunas veces con normas de excepción”.


Las entidades manifiestan, a la vez, que “la instalación de un nuevo shopping en el barrio de Caballito sobre una superficie de aproximadamente 24.000 metros cuadrados producirá graves consecuencias sobre el entorno urbano y ambiental circundante. Esto podrá observarse en la concentración del tránsito vehicular, principalmente por el proveniente del sur y del norte de la ciudad, en la polución ambiental y en el aumento de la contaminación auditiva, tal como ha ocurrido con la reciente inauguración del shopping DOT Baires de Saavedra. También, se observarán alteraciones en el libre tránsito peatonal y en la mayor utilización de servicios públicos”.


CAME y FECOBA advierten también que “se alterará notablemente el aspecto e imagen de la zona y generará hábitos de consumo que atentarán contra el comercio instalado, que ha provisto tradicionalmente de bienes y servicios a los habitantes, provocando cambios en el entramado urbano del mismo”.


Al momento de defender los centros comerciales a cielo abierto, las entidades también recuerdan las consecuencias económicas que la instalación del shopping generaría en el comercio minorista instalado en el barrio. “Es el comercio local quien ha invertido tradicionalmente para mejorar su prestación, generando servicios básicos de provisión a la población, procurando permanentemente mejorar las condiciones del entorno para óptimo desempeño del mismo”, indican, entre otros aspectos.

No al Shopping. Reclamo vecinal en Caballito.

El día Miércoles 23 a las 19 hs, diversas organizaciones del barrio de Caballito nos concentramos en Nicasio Oroño y Avellaneda para manifestarnos en contra de la construcción del Shopping perteneciente a la empresa IRSA.

Se cae el proyecto de IRSA para levantar un shopping en el barrio de Caballito

El grupo, que tiene a la cabeza al empresario Eduardo Elsztain, encontró más trabas a su proyecto de construir un centro comercial en la Capital Federal

Hace una década que Eduardo Elsztain (foto) pretende levantar un centro comercial en el barrio de Caballito y aunque esta vez se creía que estaban dadas las condiciones para llevarlo a cabo, finalmente se frenó.


Pese a que ya obtuvo despacho de preferencia, este jueves no llegará a recinto, tal como esperaba.

Es más, varios diputados aseguran en off the record que ven "difícil" que salga este año y que es un "exceso" levantar allí una construcción tantos pisos.

"Ese proyecto no se lo vamos a votar", le dijo a este portal el jefe de uno de los bloques fuertes del Parlamento porteño. Ciertamente, la propuesta no consigue aval político.

El predio donde IRSA intenta construir dicho mall es de 23.700 metros cuadrados y está ubicado entre la avenida Avellaneda, la calle Olegario B. Andrade y el club Ferrocarril Oeste.

En principio, pertenecía a Ferro, más adelante fue vendido al Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe) y desde 1999 está en manos de Alto Palermo.

Justamente en Caballito los vecinos están en pie de guerra desde el año pasado por las múltiples construcciones de "torres", que no sólo modifican el paisaje del barrio, sino que también trajeron serias complicaciones en el suministro de servicios.

Al respecto, el diputado de Autonomía con Igualdad, Alejandro Rabinovich, mostró reparos y dijo que es más que necesario contemplar las demandas de los vecinos del barrio, quienes luchan para que el barrio no crezca de forma desmesurada.

"El expediente así como está hay que revisarlo para que pueda contemplar alguna de las cuestiones que están planteando los vecinos", le señaló el legislador a Infobae.com.

En definitiva, el camino para que el proyecto tenga luz verde está complicado y Elsztain ve cada día más lejos el sueño de comenzar a construir el centro comercial el año próximo.