martes, mayo 10, 2011

Buenos Aires está entre las ciudades con peor estándar ambiental de la región

El manejo de los desechos, el desarrollo del saneamiento, la calidad del aire y el manejo del agua son temas en que la ciudad de Buenos Aires está en grave déficit, en comparación con ciudades como Curitiba, en Brasil, que fue caracterizada como un modelo a imitar, según un informe que el año pasado realizó la revista The Economist.

Según indicó en su blog el ministro de Economía y precandidato a la jefatura de gobierno porteña, Amado Boudou, los informes internacionales no parecen favorecer a la disminuida Reina del Plata, que la ubican, desde el punto de vista ambiental y socio-territorial, en uno de los peores puestos en comparación que las otras urbes de la región.

Al categórico informe sobre hábitat urbano realizado el pasado mes por las Naciones Unidas, que calificó al estado socio territorial de Buenos Aires como el peor de su historia, se suma el realizado a fines del año pasado por la revista The Economist, que la ubica entre las ciudades peor posicionadas en cuanto al cumplimiento de estándares de cuidado del medio ambiente.

El Latin American Green City Index, que difundió esa revista a fines de 2010, y que establece el ránking de cuales son las ciudades más sustentables de la región, coloca a Buenos Aires en una incómoda posición.

En cuestión del uso que cada urbe le da a la energía, al nivel de emisiones de gases, al desarrollo de los sistemas de transporte, a la gestión de los deshechos y al acceso y uso del agua, ubica a la capital argentina por debajo de Montevideo, y muy lejos de Curitiba que obtuvo una calificación “muy por encima del promedio”.

Los porteños obtuvieron una calificación promedio en tres de los aspectos evaluados, como uso de la energía y emanación de dióxido de carbono, uso de la tierra y edificios y gestión ambiental. 
Sin embargo, la ciudad se posicionó por debajo del promedio en el manejo de deshechos, en el desarrollo de servicios de saneamiento y en la calidad del aire. 
Además, estuvo muy por debajo del promedio en el manejo del agua. 

El informe aclara que, si bien Buenos Aires es la ciudad con el PBI per cápita más alto de las seleccionadas, esto no influyó en su performance ambiental de manera positiva.

El manejo del agua parecería ser el principal problema ambiental porteño. “Si bien casi la mayor parte de la población tiene acceso a agua potable, los habitantes tienen el promedio de consumo más alto de la región: 669 litros por día por habitante. Esto implica más del doble del promedio de las otras 16 ciudades que es de 264 litros”, advirtió el informe. 

Sumado a esto, un 41% del recurso se pierde por fugas. El dato más inquietante es que Buenos Aires es la única ciudad del ránking que no tiene un código para mejorar la calidad y el uso del agua potable.

Curitiba no sólo es la ciudad más verde de la región sino que también fue considerada como un ejemplo de gestión que podría inspirar al resto de las urbes latinoamericanas

La ciudad brasileña consume 25% menos combustible que otras ciudades del mismo tamaño y eso reduce en forma significativa la emisión de gases contaminantes.

El “modelo Curitiba” se basa en una organización del espacio público en torno a amplios espacios verdes, concentrados especialmente en la zona céntrica. 

Además, la ciudad se destaca por sus planes de movilidad: cuenta con una Red Integrada de Transporte tan organizada que más del 70% de la población elige éste medio en lugar de los vehículos particulares. 
También la gestión de los residuos es una de las más avanzadas de Latinoamérica: Curitiba es una de las pocas ciudades que recolecta y elimina el 100% de sus desechos porque cuenta con estrictos planes de reciclaje y normas que regulan el desarrollo de rellenos sanitarios.

“La razón fundamental por la cual Curitiba tuvo un extraordinario desempeño es la de haber aplicado durante mucho tiempo un enfoque integral en relación con el medio ambiente, lo cual es bastante inusual en el resto de la región”, advierte el informe sobre las razones del desarrollo sostenido de la ciudad brasileña.

 
Fuente: TELAM

lunes, mayo 09, 2011

“El negocio inmobiliario pasa por meter gente en zonas inundables”



Ex defensor del Pueblo, asegura que la Ciudad de Buenos Aires está condenada a inundarse, porque sus gobernantes prometen “obras salvadoras” pero no asumen el problema de la construcción indiscriminada, que impide drenar el agua.
 

Buenos Aires es una ciudad inundable y está condenada al desastre permanente. Esa es la conclusión a la que llega en su último libro el profesor universitario y ecologista Antonio Elio Brailovsky, quien dialogó con Tiempo Argentino sobre las inundaciones porteñas, que antes se producían de forma masiva cada 15 años y ahora se repiten en lapsos menores a 12 meses. El autor asevera que “los desastres naturales no existen” y que el desastre “es la expresión social de un fenómeno natural”. En su libro, recorre la historia de la Ciudad de Buenos Aires (y sus errores históricos), demostrando cómo su Área Metropolitana ha ido ocupando una superficie cada vez mayor de terrenos bajos, cumpliendo un destino que parece inevitable. Brailovsky, ex Defensor del Pueblo especializado en medioambiente, habla de “loteos inescrupulosos” que derivan en “obras salvadoras”, cuya contribución a la solución de los problemas siempre es menor que la esperada.
–¿Cuál es el origen de las inundaciones en Buenos Aires?
–La historia de las inundaciones en la Ciudad es, en buena parte, la historia de su descenso. Garay la funda en 1580 en lo alto de la barranca que se ve al borde de Plaza de Mayo y Parque Lezama. Cuando crece, ocupa cantidad de sitios bajos: el Bajo Belgrano, el bajo de Palermo, la zona de inundación del Arroyo Maldonado, el Vega, lagunas y pantanos. De hecho, el Bajo Flores era un pantano. Sitios que, por razones de desarrollo urbano, empiezan a ocuparse, en lugares de mayor riesgo. Nosotros tenemos en nuestra cultura la ficción de que el desarrollo de la ciudad (las construcciones, el cemento, etcétera) termina haciendo desaparecer la naturaleza y, en verdad, la naturaleza sigue funcionando. Si escondemos un arroyo, sigue funcionando. Hay una dinámica de lluvias, de aguas subterráneas, de arroyos tapados, que cuando llueve, empieza a funcionar. Y por algún lado sale esa agua.
–Entre los acontecimientos históricos que hicieron a la Ciudad más proclive a las inundaciones, usted menciona la gestión de Antonio Crespo, a fines del siglo XIX.
–Ese intendente inaugura el negocio de la inundación ajena, autoriza los loteos en zonas inundables, en el arroyo Maldonado, para obreros de una fábrica de calzado, en una zona que nunca debió haber sido ocupada. Y se lo agradecemos poniéndole el nombre a ese barrio: Villa Crespo. La Ciudad baja, baja y baja, y se genera un mecanismo perverso: todo el mundo le echa la culpa al gobierno de turno, pero es un fenómeno que empezó hace más de un siglo. 
–¿Cómo opera en este contexto el sector inmobiliario?
–El que gobierna promete obras, y los empresarios del sector hacen negocios alternados. Primero, el negocio inmobiliario: meten gente en zonas inundables. Y después, el negocio de las obras, para salvar a todos. Y se da una paradoja: cada obra atenúa la inundación pero aumenta la cantidad de inundados, porque crea la sensación ficticia de seguridad. No se le puede decir a la gente: hicimos la obra y la ciudad se va a seguir inundando. Se le dice que va a ser la salvación “por toda la enternidad”, entonces va más gente. A la próxima lluvia grande, hay medio metro de lluvia, ya no un metro, pero hay más personas que la sufren. Luego, todo el mundo reclama nuevas obras. 
–¿Cuál debería ser el primer paso ante el problema?
–Asumirlo. Si lo asumiéramos, por lo menos podríamos empezar a trabajar sobre paliativos: que no haya garajes subterráneos o espacios habitables en sitios que se inundan. Para esto, el Código de Planeamiento Urbano tiene que decir algo. Existe un mapa de riesgo hídrico hecho por un grupo de profesionales con mucho detalle, y que no ha sido oficializado. Esa tendría que ser la herramienta para que uno sepa qué nivel de riesgo hídrico tiene la parcela de su casa, o de la casa que quiera comprar. 
–¿Y por qué no se oficializa?
–No es una prioridad para los políticos. Así como en otros temas ha habido diferencias profundas entre gestiones, en la actitud hacia las inmobiliarias hay una importante continuidad que consiste en proteger el boom inmobiliario. No hay que prometer que lo vamos a solucionar esta vez. Si uno acepta que el problema existe, en vez de cruzar las avenidas en botes, podemos poner puentes peatonales. 
–¿Cuál es el rol del propietario que vive en una zona inundable?
–Existe ahí una complicidad perversa. El propietario no quiere tanto que se le solucione el problema como que su propiedad no se desvalorice. Es una prioridad más económica que ambiental. Si el inmueble está en zona inundable, vale menos. En algún momento, la autoridad tiene que plantearse pagar el costo político de que cientos de miles de personas se enojen y decir la verdad. Ni el progresismo ni la derecha están dispuestos a eso. 
–¿Qué piensa de las obras en el Arroyo Maldonado? Macri anunció que el túnel corto estará listo en junio, con el que, según afirmó, ya no se inundaría Palermo.
–Esta obra es un buen ejemplo de continuidad, porque la empezó Ibarra y Macri la aceptó. Hay muchas dudas, y es demasiado cara en relación a los beneficios. Cuando algo está abajo, está abajo, y el agua baja. Es probable que ayude en alguna zona, pero pensarlo como solución defitiniva me parece excesivo. Me preocupa que, actualmente, la zona inundable de la cuenca del Maldonado tenga el doble de densidad poblacional que el promedio de la Ciudad. Es algo para revisar: no sigamos metiendo más gente en área de riesgo, después no podemos sacarla.
–¿Qué opina sobre la estrategia del entubado?
–Se entubó el Maldonado, como los otros, para mejorar la situación inmobiliaria, pero un entubado hace que el arroyo desagüe más lentamente. En una inundación, lo que uno necesita es que el exceso de agua se vaya rápido. El entubado aprisiona el agua: hay rozamiento con bordes, costados, columnas, con el techo y entonces tarda más en salir. El entubado empeoró las inundaciones.
–¿Y entonces qué hay que hacer?
–Lo mejor es dejar los arroyos a cielo abierto, y a la zona de inundación, parquizarla. Pero hoy estamos en una situación irreversible. Se supone que los espacios verdes ayudan a que el agua siga; en cambio existe la tendencia, desde hace 20 años, a eliminarlos o ampliar el espacio de cemento. Es más fácil mantener espacios con baldosas que algo que está vivo. Los gobiernos porteños no tuvieron en cuenta que la naturaleza posee mecanismos que funcionan adentro de la ciudad. En vez de reclamar a los gritos una solución definitiva, hay que preguntarse primero si existe y si podríamos pagarla. 
–En su investigación se nutre de los aportes de textos literarios.
–Existe una novela pionera de Bernardo Verbitsky, Villa Miseria también es América. Está ambientada en una villa miseria en una zona inundable del Arroyo Maldonado, poblada por gente a la que después echaron, para urbanizar. Pero es el mismo sitio donde se inundaban los villeros. En este momento, hay una zona muy crítica en las villas al borde del Riachuelo, que se largaron a construir. Todas estas situaciones son extraordinariamente complejas, y cada zona tiene sus problemas particulares. En El matadero, Esteban Echeverría describe una gran inundación ocurrida durante la primera mitad del siglo XIX, y dice que la Ciudad estaba rodeada de agua, no que el agua hubiera entrado, precisamente porque todavía no se habían ocupado las zonas más bajas. Por el estilo realista de la obra, Echeverría no inventó, efectivamente tiene que haber sido así. 
–¿Qué conclusiones saca de la lectura de los mapas de siglos pasados, que publica en su libro?
–Existen mapas de la Ciudad del siglo XVIII y XIX, donde se marcan las líneas topográficas, la barranca que separa del río, e indican el borde de la zona inundable del Riachuelo. Cuando se empieza a ocupar el bajo, la zona de Barracas y La Boca, que se inunda, esas líneas se borran. Hay más información en algunos mapas del siglo XVIII que en la guía común de calles de Buenos Aires. En los de antes dicen: este es el bajo, el alto, las barrancas, allá bajo se inunda. Ahora, en ninguna guía se lee eso.  
Anegamientos, cada vez más seguidos
Durante siete décadas, las grandes inundaciones en la Ciudad se produjeron con intervalos de 15 años, en promedio: en 1940, 1959, 1967, 1985 y 2011. Pero luego, esa recurrencia se incrementó.
Hubo tormentas y graves anegamientos de barrios en diciembre de 2002, marzo de 2005, febrero y octubre de 2006, marzo y octubre de 2007, noviembre de 2009 y dos en enero de 2010, los días 12 y 18.
En febrero del año pasado, hubo dos grandes inundaciones. El día 15, cayó un récord de 88,5 milímetros. Y el 19, el anegamiento de calles produjo dos muertes. Según Brailovsky, se pescaron sábalos en la Avenida Santa Fe.

Cintas verdes, carteles extraños

En Santa Rita empezaron una movida original que va directamente al tema de la densidad urbana, mientras en Barracas preguntan por un edificio muy grande con un cartel misterioso.
 Por Sergio Kiernan
nEste jueves, los vecinos de Santa Rita comenzaron una campaña por su barrio que demuestra que el debate urbano ya trascendió el tema del patrimonio. En ese barrio arrancaron una acción para simplemente impedir que se construyan edificios en altura, con lo que los porteños entraron en una etapa en que se discute nada menos que la densidad de nuestra ciudad.
Esta palabrita, generalmente usada en la dupla “densidad urbana”, indica la cantidad de gente que vive en una determinada superficie de la ciudad. El cálculo en una urbe tan pareja como Buenos Aires suele ser por manzana, pero en términos generales se habla de personas por acre o kilómetro cuadrado, dependiendo del país. En el planeta entero se asume como obvio que las ciudades son lugares de alta densidad, con los números bajando de los centros más poblados a los suburbios, a los pueblos, a los caseríos y al campo abierto.
Lo que no quiere decir que las ciudades sean lugares de densidad pareja. Toda urbe tiene zonas y zonas, con centros –más de uno– con grandes poblaciones en horario de trabajo y baja densidad de noche, con barrios dormitorio, con nudos de transporte que son una locura en hora pico y con áreas de casas bajas y livianas. Como se entera cualquiera, una cosa es Barrio Norte y otra es Belgrano R, lugares donde el sol se adivina o se ve en todo momento.
Como todo esto es obvio, el que lo ignora es inmediatamente sospechable de ser un vivo, no un tonto. Que es lo que piensan en Santa Rita, donde denuncian que hay “obras que destruyen a nuestro barrio de pasajes”. Santa Rita es un barrio entre Villa del Parque y Floresta que se vuelca a la avenida Nazca y a la avenida Alvarez Jonte. Es un lugar apacible, de casas bajas, nacido hace alguito más de un siglo con la novedad del tranvía. Lo que eran chacras se lotearon a algún peso “la vara de frente”, y así nació un barrio con nombre de capilla.
Su característica más memorable es su zona de pasajes que, como todos estos entramados, genera una isla de tránsito más lento y seguro, con pocos autos “de pasada” y apurados. Varios de los pasajes son de facto peatonales, para la felicidad del casi nulo tránsito. Pues a todo paraíso porteño le llega su fin por una simple razón: el Código Urbano que regula la construcción en Buenos Aires todavía se rige por la lógica de que más es mejor. Más demolición, construcción y negocio, más densidad urbana, con el dogma ideológico de que nuestra ciudad –la autónoma, la que queda dentro de la General Paz– estaría mejor si tuviera el doble de habitantes.
Este jueves, los vecinos autoconvocados lanzaron en Alvarez Jonte y Nazca una campaña pidiendo “Basta de edificios”. Sumaron además el pedido de una plaza –la más cercana queda a una larga, larga caminata de distancia– y el lúcido lema de “Mostremos que no es un problema individual, es un barrio que no se resigna a perder su identidad”. Para hacer fuerza, la idea fue repartir cintas verdes para colgar en las casas. La fuerza en cuestión es en apoyo al proyecto de rezonificación de los diputados porteños Eduardo Epzsteyn y Martín Hourest, y al amparo que presentaron ante la Justicia. La medida legal que buscan es inteligente y básica: que no se den más permisos de construcción, que se detengan las obras y demoliciones, hasta que se revea la zonificación del barrio.
Esto es, por supuesto, una medida perfectamente simple de imponer por decreto, si existiera la voluntad política. En un año electoral puede ser que hasta este gobierno porteño le preste atención.

POR BARRACAS

En el barrio que custodia nuestro mejor patrimonio edificado festejaron la primera lectura y votación de una ley que preserva un área importante por el simple trámite de rezonificarla. Como en Barracas ya aprendieron hace rato los bueyes con que se ara, siguen con los ojos abiertos y preguntando qué pasaba con un tema que arrancó ya el año pasado.
El vecino Ignacio Fusilier habló con el defensor adjunto del Pueblo porteño, Gerardo Gómez Coronado, sobre una obra algo misteriosa en la avenida Martín García al 700. Gómez Coronado inició la Actuación 5908/10, pidiendo información sobre el lugar. Resulta que sobre esa cuadra hay varios edificios en un amplio predio que cruza la manzana y tiene salidas sobre Gaspar Jovellanos y Uspallata. En el frente sobre Martín García hay un cartel que dice: “Av. Martín García 743/45/55/57, Jovellanos 151, Uspallata 822/28/32/34/54 - Demolición total y obra nueva - Expediente Nº 4210/2000”.
Como se ve, el expediente ya cumplió once años, lo que invita a la pregunta sobre qué fecha tendrán los planos registrados, si es que alguna vez se registraron. Como se sabe, los permisos de obra no son eternos, aunque la Ciudad, tan amiga de las demoliciones, raramente hace cumplir esta parte del Código Urbano.
Para ver si éste era el caso, Gómez Coronado envió el 9 de diciembre del año pasado un oficio a la Dirección General de Registro de Obras y Catastro para que informe si “se había autorizado la demolición y construcción de una obra nueva, así como la remisión de copia del plano registrado”. Curiosamente nadie le contestó, con lo que el defensor adjunto reiteró el pedido el 28 de febrero de este año.
Como tampoco le contestaron esta vez, lo que ya es una verdadera descortesía, Gómez Coronado acaba de reiterar el pedido al titular de la Dgroc, el arquitecto Guillermo García Fahler. Como para que el funcionario tenga en qué pensar, el defensor adjunto le recuerda que el 14 de abril se sancionó el cambio de zonificación del sector, que incluye el predio en cuestión, con lo que ahora se trata de un R2bI. Esta vez le agrega el pedido de que aclare si lo que dice el cartel es correcto o no.
¿Contestará García Fahler? ¿Habrá planos registrados? ¿Hará cumplir la Ciudad eso de que lo que se registra y no se hace, caduca? La saga continúa.

DESDE FLORESTA

El 18 de este mes, los vecinos de Floresta van a mostrar qué buena gente que son haciendo algo raro hoy en día. Según explicaron, van a dar las gracias a los que los ayudaron para lograr el APH que les permite tener con qué defender su patrimonio e identidad material. Lo harán con un diploma a entregar en una ceremonia en la Legislatura.

viernes, mayo 06, 2011

Un barrio en pie de guerra para preservarse de la fiebre inmobiliaria

Los vecinos de Santa Rita se movilizaron ayer por su barrio
06/05/2011 01:40
BAE - Nota - Sociedad - Pág.27

Villa Pueyrredón, un barrio próximo, es uno de los lugares más codiciados por los desarrolladores que, a falta de terrenos premium, apuestan a zonas de clase media.

El sol aún se cuela por las ventanas.
El barrio conserva sus casas bajas y sus 32 pasajes siguen tan verdes como angostos. Así es Villa Santa Rita. Al menos hasta hoy. Pero la sombra del boom inmobiliario, que ya explotó en otras zonas de la Ciudad, amenaza a los vecinos. Ante el avance de estas torres, muchos decidieron salir a la calle. Entre ellos, las 14 familias que viven en el pasaje Guillermo Granville, una peatonal de 100 metros de largo que, en pocos meses, quedará encajonada por dos edificios que crecen en la misma manzana.
Junto a Villa Pueyrredón y Boedo, Santa Rita es uno de los barrios donde posaron su mirada los inversores que apuestan a la clase media.
Según la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos, el costo de la tierra es, en estas zonas menos explotadas de la Ciudad, notablmente menor.
Si bien en los últimos años, la autorización para construir disminuyó en la Ciudad; un informe elaborado por el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la UADE indica que la tendencia fue la concentración en unos pocos barrios. El vecino Villa Pueyrredón, es uno de ellos.
Los vecinos lo saben. O, según sus palabras, lo sufren. Lo ven cuando alzan su mirada al cielo y y lo escuchan, cuando las palas cavan los terrenos linderos. Por eso intentan frenarlo.
Su reclamo no sólo se multiplicó de boca en boca por el barrio, donde juntan firmas y cuelgan cintas verdes en sus puertas, como señal de oposición.
Llegó a la Legislatura, donde dos proyectos de ley intentan frenar el avance de las torres sobre la avenida Álvarez Jonte. Uno, de Eduardo Epszteyn de Diálogo por Buenos Aires, pide la rezonificación del área para que no se construya más de 12 metros de altura. El otro, del legislador Martín Hourest plantea otorgarle “protección patrimonial” a algunos de sus pasajes, entre ellos el Granville.
Es que el boom inmobiliario no es resultado de un plan de urbanización. “El barrio no tiene infraestructura para soportar este tipo de construcciones”, dice María Cabrejas. Esta vecina del pasaje que supo llamarse “La Puñalada”, también recuerda: “desde noviembre el agua de red no llega en forma suficiente a las casas y en verano, en los días de calor se corta la luz”.
Cuando la ciudad no era la que es, este tipo de construcciones estaban permitidas. Según el Código de Planeamiento Urbano, de 1977, la avenida Álvarez Jonte tiene la certificación C32, lo que significa que ese lugar es un centro comercial de barrio.
Pero por una modificación realizada en el 2000, la certificación pasó a tener FOT libre, esto es, que la altura permitida para construir está en función al ancho de la calle. Jonte permite construir edificios de ocho pisos, aunque limite con un pasaje que no permite más de cuatro.
El reclamo de los vecinos también llegó a la Justicia. El abogado Osvaldo Sidoli, quien también defendió a los habitantes de Caballito en casos similares, presentó un recurso de amparo para que se suspendan las obras hasta que la Legislatura estudie los proyectos de ley. El planteo está en el Juzgado Contencioso Administrativo porteño Nº 15, que aún no se expidió sobre el tema.
Mientras tanto, los vecinos siguen con la difusión. Se movilizan, como lo hicieron ayer por la tarde; reparten volantes y juntan firmas en la esquina de Jonte y Cuenca. Las adhesiones ya alcanzan las mil. “Granville es un pasaje peatonal de una sola cuadra, atravesado por largos canteros con palmeritas, limoneros, damas de noche o higueras, donde todavía podrá encontrar por las tardes niños corriendo una pelota.
No queremos perderlo”, sostienen grandes y chicos.

martes, abril 26, 2011

Las torres, como una Puñalada

En un barrio porteño donde predominan los pasajes y las casas bajas aparecen los emprendimientos inmobiliarios que amenazan con alterar su fisonomía. Los vecinos ya lograron que se presentara un proyecto en la Legislatura.

 Por Eduardo Videla
Las calles arboladas, los pasajes y las cortadas son algunas de las características que definen a Villa Santa Rita. Al menos hasta ahora. Porque esos lugares únicos, que le dan a ese pequeño barrio su perfil distintivo, están amenazados por la construcción de edificios en torre en una de sus avenidas. Por esa razón, los habitantes del barrio han comenzado a movilizarse y en la Legislatura ya hay un proyecto de ley que pretende ponerles límite a la altura de las edificaciones, como ya se hizo hace dos años en Villa Pueyrredón.
La luz de alerta se encendió en la esquina del pasaje Granville, uno de los pocos peatonales de la ciudad, que en algún momento también se conoció con el nombre de La Puñalada. Allí no se pueden edificar viviendas con más de nueve metros de altura. Más que una calle, Granville es una vereda ancha, engalanada con canteros y farolas en sus breves cien metros. Pero pese a ese privilegio, el pasaje tiene la mala fortuna de desembocar en la avenida Alvarez Jonte, donde sí se permiten construcciones de altura. Justamente en esa esquina es donde se está levantando un edificio que ya va por el cuarto piso y los vecinos no saben dónde va a terminar.
El negocio inmobiliario parece haber puesto sus ojos en Villa Santa Rita. A cincuenta metros de Granville, también sobre Alvarez Jonte, aparece otra Puñalada: un terreno, donde hasta hace poco funcionó un lavadero de autos, ha sido vendido y está cercado, listo para empezar la construcción, no de uno, sino de dos edificios, con cocheras y piletas de natación. Ese terreno corta la manzana en dos: tiene entrada por Jonte y salida por el pasaje Dantas, que corre paralelo a la avenida.
“Estos edificios nos van a quitar la luz del sol para siempre, tanto a la mañana como a la tarde. Además, el barrio no tiene infraestructura para soportar este tipo de construcciones: ya desde noviembre el agua de red no llega en forma suficiente a las casas”, lamenta María Cabrejas, vecina del pasaje Granville y una de las promotoras del reclamo.
El barrio Villa Santa Rita es una pequeña superficie delimitada por las avenida Alvarez Jonte y Gaona y las calles Miranda, Condarco y Joaquín V. González. Está entre Flores, Floresta y Villa del Parque. Su principal característica, además de sus casas bajas y veredas arboladas, es que más de la mitad de sus calles son pasajes o cortadas. Donde más se concentra este tipo de arterias es en el llamado barrio Nazca, que arranca en la avenida de ese nombre y Alvarez Jonte hacia el Oeste, unos setecientos metros, hasta la calle Concordia. Allí está el pasaje Granville y a doscientos metros de allí, El Tokio, uno de los bares notables de la ciudad, ubicado en la esquina de Jonte y el pasaje Tokio.
Otra de las características del barrio es que no cuenta con un solo espacio verde: apenas tiene una plazoleta en Juan B Justo y Terrada y otra en la misma avenida y Cuenca.
El proyecto para limitar la altura de las nuevas construcciones, presentado la semana pasada por el diputado Eduardo Epszteyn (Diálogo por Buenos Aires), advierte que el problema para la zona se generó con “una modificación del Código de Planeamiento Urbano en el año 2000” a partir del cual la zona “pasó a tener FOT (factor de ocupación del terreno) libre y altura máxima en función del ancho de la calle”. Con esa modificación, sostiene el proyecto en su argumentación, “la morfología (del barrio) se ve amenazada cada vez más por el desarrollo de proyectos inmobiliarios”.
La iniciativa en cuestión propone establecer un límite para las parcelas frentistas a la avenida Alvarez Jonte, entre Concordia y Argerich. Allí, si se aprueba la norma, no se podría construir en alturas mayores a los 12 metros.
Una medida similar habían logrado los vecinos de Villa Pueyrredón cuando, después de movilizaciones y reclamos en la Legislatura, consiguieron que se aprobara un proyecto para que las construcciones en un tramo de la avenida Salvador María del Carril, entre Campana y Constituyentes, y en la calle La Pampa, entre Burela y Constituyentes. Allí el panorama era similar: junto a esas avenidas había pasajes y manzanas más chicas, con casas bajas, que se veían muy perjudicadas con las construcciones de edificios de siete u ocho pisos.
Ahora, los vecinos de Villa Santa Rita comenzaron a recorrer un camino similar. El miércoles pasado instalaron una mesa para juntar firmas en Alvarez Jonte y Cuenca, crearon el vecinosde granville.blogspot.com y ya lograron presentar un proyecto en la Legislatura. Y prometen seguir batallando hasta que la iniciativa tenga tratamiento y aprobación.

martes, abril 19, 2011

Reproducimos envio de Defender La Plata. Adherimos

LOS VECINOS REPUDIAMOS LAS AMENAZAS, NOS SOLIDARIZAMOS CON LAS ONGs Y CONVOCAMOS AL DIALOGO.

de Defendamos La Plata, el Martes, 19 de abril de 2011 a las 21:25
La asamblea de vecinos Defendamos la ciudad de La Plata manifesta su más enérgico repudio ante las amenazas e intimidaciones que han sufrido miembros de las Organizaciones no Gubernamentales que intervienen en juicio en defensa del Bosque de la ciudad.

Esta asamblea está convencida de que la participación ciudadana es el fundamento de una democracia completa y es imprescindible para el perfeccionamiento continuo de las instituciones democráticas y las relaciones entre los hombres libres.

La amenaza a un integrante de nuestra comunidad es una amenaza a toda la comunidad en su conjunto. Esta asamblea se solidariza con los ciudadanos que movidos por una vocación desinteresada y generosa desean preservar el bien común para todos los platenses. Ningún interés particular puede estar sobre el bien común.

Quienes se amparan en la sombra, quienes desde la patota apremian, deberán tomar conciencia de que están hablando por sus actos, y de que la fuerza y la violencia nunca hacen la razón, y que los apremios y amenazas son intolerables en un estado de derecho.

Este Municipio ha arrancado nuestros árboles, ha devastado nuestros rasgos arquitectónicos fundacionales, ha construido sobre nuestras plazas, ha abandonado nuestros monumentos y nos ha contaminado sin contemplar ni interesarse por los reclamos de los vecinos antes, durante y después.
Ahora, debe garantizar nuestra palabra.

Demandamos y exigimos al Estado Municipal y al Estado Provincial la protección de nuestros vecinos, que ejercen su derecho a la libre opinión. Hacemos responsables al Estado Municipal y al Estado Provincial por su integridad física y la de sus familias, y reclamamos las garantías que una democracia en estado de derecho les debe a sus ciudadanos.

Desde este espacio, convocamos a la reflexión y al diálogo respetuoso en pos del bien común y el interés general.


viernes, abril 15, 2011

Amparo Radio Derrumbe Palermo

Proto Comuna Caballito
                                  Hechos. No palabras.

Amig@s:   
             Se aproximan semanas de definiciones en nuestro reclamo por lograr el cumplimiento del Decreto 220/07 (VINCULO AL DECRETO 220/07 QUE ACEPTA COLAPSO. INCUMPLIDO POR MACRI ). Luego de cuatro meses de faltas de respuestas a la Justicia e intentos de empantanar el tramite del amparo por parte del Gobierno de la Ciudad la Jueza Karina Cicero (J14CAyTCABA) fue fallando en cada una de las situaciones a nuestro favor y en las próximos días deberá expedirse sobre la cautelar solicitada por  Proto Comuna Caballito que consiste en impedir el Ejecutivo de la Ciudad el entregar permisos y finales de obra para construcciones de mas de tres pisos en los barrios de Villa Urquiza, VillaPueyrredon, Palermo, Coghlan y Caballito hasta que se realicen las obra comprometidas en el informe de AySA de enero de 2007 (VINCULO AL INFORME DE AYSA QUE COMPRUEBA EL COLAPSO).
             Asimismo los invitamos a escuchar  a Gustavo Desplats el domingo 17 en el programa de Lorena Guglielminotti de 16 a 18 hs, Informe 1070, que se emite por Radio El Mundo (am1070). La ciudad de Buenos Aires, sus problemas y necesidades serán las temáticas del encuentro.
             Por ultimo les comentamos que en la pasada semana la Ciudad de Buenos Aires sufrió un nuevo derrumbe, esta vez en el barrio de Palermo, siguiendo este vínculo tendrán más información  http://protocomunacaballito.blogspot.com/2011/04/derrumbe-en-una-obra-en-construccion-en.html .

Antecedentes
            Desde hace más de 4 años se confirmó mediante un estudio técnico de AYSA VINCULO AL INFORME DE AYSA QUE COMPRUEBA EL COLAPSO la crítica situación tanto de la red de provisión de aguas como la de saneamiento cloacal de los barrios de Villa Urquiza, Villa Pueyrredon, Caballito, Palermo y Coghlan.
            La Ciudad emitió el Decreto 220/07 VINCULO AL DECRETO 220/07 QUE ACEPTA COLAPSO. INCUMPLIDO POR MACRI comprometiendo millonarias inversionesque nunca fueron realizadas. Poniendo en riesgo a  nuestras familias y propiedades en beneficio de la especulación. Construcciones por más de 2.000.000 de m2 se habilitaron en estos 5  barrios después de conocer la dramática situación de las infraestructuras. VINCULO AL CONVENIO ENTRE LA CIUDAD Y AYSA PARA LA REALIZACION DE 320 KM DE CAÑERIAS. NUNCA CUMPLIDO.

            L@s saludo fraternalmente.


       Lic. Gustavo Maria Desplats      
          Proto Comuna Caballito                 
 





                                                                    


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