- 10/12/11
Para los urbanistas, la ley 3.056 es imperfecta, pero sirve hasta alcanzar soluciones de fondo. “Es un mecanismo de emergencia ante la falta de catalogación –afirma el arquitecto Fernando Diez–. Como protege a todo lo construido antes de 1941, se determina qué se puede demoler o no ante la demanda de un particular. Pero sería mejor tener fijadas las condiciones de antemano, para que el comprador del edificio sepa qué puede hacer con él. Por eso hace falta una catalogación planeada”.
“Es peligroso dejar caer la ley sin instrumentos de protección de lo que haya de patrimonial entre los edificios anteriores a 1941 –dice el urbanista Marcelo Corti–. El valor a defender es la homogeneidad ambiental de los barrios, respetando relaciones entre alturas, alineaciones de fachadas y ancho de calles. El Código de Planeamiento Urbano actual amenaza esos tejidos por preferir edificios de perímetro libre. La mejor defensa del patrimonio y del ambiente barrial sería sancionar un Código con indicadores de altura y tejido más realistas y respetuosos de sus contextos”.
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