Pareciera una carrera contrarreloj. Y no cualquier carrera. Lo que está en juego, en este caso, es nada más y nada menos que el patrimonio arquitectónico de la Ciudad. El 31 de este mes, mientras todos estén festejando, la ley que protege a los inmuebles anteriores a 1941 ya no tendrá efecto. Por eso mismo, varias organizaciones involucradas en el tema y algunos legisladores realizaron ayer un acto en la mítica confitería del Molino. Un proyecto de ley clave en esta cuestión no consiguió ser tratado ayer en la Legislatura porteña, aunque hoy habrá una presentación judicial.
Hasta el momento, los inmuebles más antiguos de la Ciudad están protegidos por la ley 2548. Esa norma establece que las casas construidas antes de 1941 no pueden ser demolidas sin la autorización del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP), un organismo que evalúa si la construcción tiene valor arquitectónico. En caso de que lo tenga, las topadoras no pueden pasar por encima de la historia. Hay cerca de 140 mil construcciones que hacen a la identidad porteña.
Durante el año legislativo, varios diputados intentaron que se debatiera una nueva prorroga de la ley. Sin embargo no lo consiguieron. Y ayer tampoco pudo ser tratado en sesión extraordinaria un proyecto de ley de María José Lubertino (FPV). El texto proponía una “catalogación” de todos los inmuebles de propiedad pública o privada, “cuyos planos hayan sido registrados antes del 31 de diciembre de 1941”. La intención era que el Poder Ejecutivo no autorizara “ningún tipo de reforma, demolición o construcción nueva hasta la definición del grado de protección e intervención por parte de la Legislatura”.
Un grupo de vecinos y distintas organizaciones -entre ellas “Basta de Demoler”, “Salvar Floresta” y “Proteger Barracas”- realizaron un acto en la puerta del Molino. “Lo hicimos en la confitería para que se dieran cuenta de lo que estamos perdiendo”, explicó Gustavo Desplats, titular de “Protocomuna Caballito”. Hoy presentarán en el Fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad un amparo y solicitarán la apertura de la feria judicial. Pedirán que no se autoricen demoliciones hasta que la Legislatura no se expida en el tema, y más teniendo en cuenta que hay proyectos de ley a tratar.
Pareciera una carrera contrarreloj. Y no cualquier carrera. Lo que está en juego, en este caso, es nada más y nada menos que el patrimonio arquitectónico de la Ciudad. El 31 de este mes, mientras todos estén festejando, la ley que protege a los inmuebles anteriores a 1941 ya no tendrá efecto. Por eso mismo, varias organizaciones involucradas en el tema y algunos legisladores realizaron ayer un acto en la mítica confitería del Molino. Un proyecto de ley clave en esta cuestión no consiguió ser tratado ayer en la Legislatura porteña, aunque hoy habrá una presentación judicial.
Hasta el momento, los inmuebles más antiguos de la Ciudad están protegidos por la ley 2548. Esa norma establece que las casas construidas antes de 1941 no pueden ser demolidas sin la autorización del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP), un organismo que evalúa si la construcción tiene valor arquitectónico. En caso de que lo tenga, las topadoras no pueden pasar por encima de la historia. Hay cerca de 140 mil construcciones que hacen a la identidad porteña.
Durante el año legislativo, varios diputados intentaron que se debatiera una nueva prorroga de la ley. Sin embargo no lo consiguieron. Y ayer tampoco pudo ser tratado en sesión extraordinaria un proyecto de ley de María José Lubertino (FPV). El texto proponía una “catalogación” de todos los inmuebles de propiedad pública o privada, “cuyos planos hayan sido registrados antes del 31 de diciembre de 1941”. La intención era que el Poder Ejecutivo no autorizara “ningún tipo de reforma, demolición o construcción nueva hasta la definición del grado de protección e intervención por parte de la Legislatura”.
Un grupo de vecinos y distintas organizaciones -entre ellas “Basta de Demoler”, “Salvar Floresta” y “Proteger Barracas”- realizaron un acto en la puerta del Molino. “Lo hicimos en la confitería para que se dieran cuenta de lo que estamos perdiendo”, explicó Gustavo Desplats, titular de “Protocomuna Caballito”. Hoy presentarán en el Fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad un amparo y solicitarán la apertura de la feria judicial. Pedirán que no se autoricen demoliciones hasta que la Legislatura no se expida en el tema, y más teniendo en cuenta que hay proyectos de ley a tratar.
Hasta el momento, los inmuebles más antiguos de la Ciudad están protegidos por la ley 2548. Esa norma establece que las casas construidas antes de 1941 no pueden ser demolidas sin la autorización del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP), un organismo que evalúa si la construcción tiene valor arquitectónico. En caso de que lo tenga, las topadoras no pueden pasar por encima de la historia. Hay cerca de 140 mil construcciones que hacen a la identidad porteña.
Durante el año legislativo, varios diputados intentaron que se debatiera una nueva prorroga de la ley. Sin embargo no lo consiguieron. Y ayer tampoco pudo ser tratado en sesión extraordinaria un proyecto de ley de María José Lubertino (FPV). El texto proponía una “catalogación” de todos los inmuebles de propiedad pública o privada, “cuyos planos hayan sido registrados antes del 31 de diciembre de 1941”. La intención era que el Poder Ejecutivo no autorizara “ningún tipo de reforma, demolición o construcción nueva hasta la definición del grado de protección e intervención por parte de la Legislatura”.
Un grupo de vecinos y distintas organizaciones -entre ellas “Basta de Demoler”, “Salvar Floresta” y “Proteger Barracas”- realizaron un acto en la puerta del Molino. “Lo hicimos en la confitería para que se dieran cuenta de lo que estamos perdiendo”, explicó Gustavo Desplats, titular de “Protocomuna Caballito”. Hoy presentarán en el Fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad un amparo y solicitarán la apertura de la feria judicial. Pedirán que no se autoricen demoliciones hasta que la Legislatura no se expida en el tema, y más teniendo en cuenta que hay proyectos de ley a tratar.
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