Hace más de un año, en septiembre de 2010, la Legislatura porteña aprobó una norma que buscaba intensificar los controles a obras de demolición y excavación en la ciudad, tras el derrumbe del gimnasio Orión, en Villa Urquiza, que había provocado tres muertes. El martes, a 40 días de otro trágico derrumbe en Mitre 1232, el Ejecutivo local finalmente la reglamentó.
La norma establece la obligatoriedad de incorporar una inspección en la etapa de demolición y otras dos verificaciones durante los trabajos de excavación en las obras en construcción. En la obra lindera a la de Mitre, un inspector había solicitado una verificación por los edificios linderos antiguos de gran porte, que nunca se realizó.
La ley determina que, cuando la cota de fundación supere los cuatro metros, debe realizarse una inspección al momento del 10% de la perforación, y otra al cumplirse el 50 por ciento. Además, fija multas de 3600 a 36 mil pesos para quienes “no hubieran contratado a una empresa de demolición o excavación inscripta en el Registro Público de Demoledores y Excavadores”. Sin embargo, la reglamentación no especificó cuándo deberán ser verificadas las excavaciones de menos de cuatro metros.
La oposición al PRO objetó que en la demorada reglamentación bajo el decreto con 620/11, Mauricio Macri haya depositado la potestad de controlar en los inspectores de la Dirección General de Fiscalización y Control, y no en los profesionales verificadores, que cuentan con más capacitación para evaluar si la obra se desarrolla en condiciones seguras
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