Palermo, Villa Urquiza, Belgrano, Caballito y Núñez concentran casi la totalidad de nuevas obras iniciadas en Capital. Expertos alertan sobre una fragmentación que podría ser irreversible.
Que Buenos Aires es una ciudad de contrastes representa una condición que, a lo largo de su historia, siempre ha sido catalogada de virtud antes que de defecto. Al menos, en lo que hace a la mixtura de su arquitectura. Pero en los últimos tres años, esta variedad derivó en una simple y llana diferencia que ajusta su lenguaje a dos conceptos opuestos: progreso para el norte de la Ciudad y atraso en la zona sur.
Trasladado al ámbito de la construcción, esta condición explicita su peor perfil. En esa dirección, y de acuerdo con relevamientos de consultoras especializadas como Reporte Inmobiliario, resulta notorio cómo casi la totalidad de los nuevos proyectos habitacionales que se desarrollan en la Ciudad se concentran en cinco barrios, mientras que la zona sur se destaca por una ausencia casi total de emprendimientos en desarrollo.
Sólo Palermo, según la medición a la que tuvo acceso Diario Z, concentra 83.509 metros cuadrados de los 618 mil que comenzaron a levantarse en Capital Federal en lo que va del año. Detrás de esa zona, en términos de acumulación de nuevos metros cuadrados en desarrollo, se ubican Villa Urquiza, Belgrano, Caballito y Núñez.
¿Qué sucede en los espacios más postergados de la Ciudad? El sondeo aporta datos contundentes: "Al sur del corredor de las avenidas San Juan y Directorio, en los siete barrios que allí se localizan, en lo que va de 2011 sólo se registraron planos por 24.056 metros cuadrados de obra nueva. Esto es, un 3,89% del metraje total en desarrollo, menos de la tercera parte de lo que se planea construir sólo en Palermo, y casi un 25% por debajo de la superficie registrada este año en el barrio de Núñez".
Al momento de poner el foco en las causas de estas diferencias, expertos, desarrolladores y constructores dirigen la mirada hacia el gobierno porteño, que sólo puede mostrar un puñado de propuestas: el hasta ahora poco exitoso distrito tecnológico de Parque de los Patricios, el lanzamiento del Premium Parque Donado-Holmberg, en Villa Urquiza, y el mejoramiento de la avenida Patricios, que toca barrios como La Boca y Barracas.
"La concentración que se ve, obviamente, es obra de la demanda y del ojo inversor, que privilegia lo s barrios reconocidos y que ofrecen mayor revalorización al momento de construir. Pero deja en claro la falta de reglas que, diseñadas por el gobierno porteño, estimulen y conduzcan la inversión privada para el bien de toda la Ciudad pensando en el futuro", comentó a Diario Z José Rozados, CEO de Reporte Inmobiliario.
"No existen ni políticas de promoción ni estímulos diferenciales para que los constructores se posicionen en los sectores más postergados de Buenos Aires. Tampoco hay financiamiento para los emprendedores del ladrillo. Otro punto es contra es la falta de inversión pública en lo que hace a entorno, seguridad y espacio público. Todo este paquete hace prever que la Ciudad estará cada vez más fragmentada", agregó.
Algo similar aporta Gustavo García Villanueva, presidente de la constructora Amercon. "Construir cuesta lo mismo en cualquier lado. En la zona Sur de la Ciudad los beneficios que se otorgan son insuficientes para atraer a los desarrollistas", dijo, para luego añadir: "Se deberían implementar políticas de premios a zonas menos desarrolladas, modificar los indicadores urbanísticos, y en lo económico brindar exenciones en lo que es Derechos de Construcción e Ingresos Brutos". Daniel Obetko, director comercial de Soldati Propiedades, tampoco dudó en señalar que la gestión del PRO "no ha logrado cambiar la mayor certidumbre que inspira en los desarrolladores los sitios más consolidados".
Por último, Darío López, socio de la desarrolladora Arquitectónika, fue contundente respecto de la misma problemática. "Para cambiar no hay otra forma que planificar la Ciudad. Organizar la movilidad, los centros barriales, la accesibilidad, la industria, el comercio y los servicios. Cuando hay un plan, como en Rosario, los inversores inmobiliarios apuestan a incursionar en otros barrios", detalló.
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