domingo, octubre 23, 2011

Dos modelos de Ciudad


23/10/11

Cuesta entender cómo en medio de la zona bancaria de la Ciudad, en Reconquista y Perón, a pocas cuadras de lo que era el Casco Histórico, permitieron construir una mole de la altura de la Torre Galicia Central. Pero más cuesta entender cómo se llegó a la solución salomónica por la cual demolieron una de las joyitas de la City, el Banco Español del Río de la Plata que se emplazaba en esa esquina, y en contrapartida reconstruyeron dos ridículos y descontextualizados pedazos de la fachada original. Ni chicha ni limonada. Lo cierto es que el Banco Español no tenía ningún tipo de protección patrimonial. Y además, aunque hoy parezca mentira, el Código de Planeamiento permitía y hasta estimulaba este tipo de torres en la zona bancaria.
¿Estaban todos locos quienes diseñaron esas normas cuyos orígenes son de los años 60? ¿O solo veían en la Ciudad el terreno para el negocio fácil? En realidad lo que sucede es que el tema pone en juego dos modelos de ciudad antagónicos. Uno, basado en indicadores urbanísticos, apuesta a la singularidad de los edificios y a descongestionar las plantas bajas. El otro, con criterios morfológicos, propugna por una ciudad más uniforme donde lo que importa es el valor y la calidad del espacio público. Para graficar el primero, vale la pena recordar la City de Londres, con edificios como el Lloyd’s Bank de Richard Rogers o el Swiss Re de Norman Foster, que emergen orgullosos con su modernidad de acero y vidrio en medio del tejido tradicional. La contrapartida es París, con sus magníficos bulevares y plazas. En uno recordamos el nombre propio de sus edificios; en el otro, el de sus espacios, edificios y monumentos públicos.
El Plan Urbano Ambiental sancionado en 2008 inclinó la balanza por el modelo morfológico. La nueva normativa para la City porteña aprobada recientemente por la Legislatura se alinea con esta ley fijando criterios compositivos que intentan que todo nuevo proyecto respete el perfil urbano existente. Según el proyecto de ley del Diputado Patricio Di Stefano, este sector “es la manifestación tangible de la historia económica de la Ciudad”. Habrá que ver la habilidad de los arquitectos para reflejar en los nuevos proyectos el espíritu de la época. La clave es que la merecida valoración de la historia no hipoteque el futuro y la vitalidad del área.
* Editor jefe ARQ

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