Los dos hechos se produjeron con diferencia de horas en obras en construcción. En Monroe 2772, una retroexcavadora rompió un caño maestro. Luego, un incendio provocó heridas a cuatro personas. La otra fuga se produjo a diez cuadras.
Por Carlos Rodríguez
”Esto parece Trípoli”, bromea Rogelio mientras sale con la bolsa de las compras del supermercado ubicado enfrente del edificio en construcción de Monroe 2772, donde en la madrugada de ayer un escape de gas provocó un incendio “como de película”, en el que sufrieron quemaduras tres personas, mientras que una cuarta tuvo que ser asistida con principio de asfixia. La broma del vecino grafica el panorama que tiene alrededor. En menos de dos cuadras se están construyendo dos edificios y hay vallas en seis pozos que en algunos casos obstruyen el paso de los peatones y, en otros, demoran el tránsito por Monroe, Vidal y Moldes. Pero eso no fue todo. Los vecinos de Belgrano anduvieron ayer a los saltos, porque a menos de diez cuadras de allí, en Arcos 2822/2826, en otros dos edificio en construcción, un segundo escape de gas sembró alarma y tuvieron que ser evacuados, en forma preventiva, varios vecinos y los chicos de un jardín maternal. En ese caso no hubo daños ni lesionados.
El primero de los casos, y el más grave, había comenzado a gestarse en la tarde del jueves, cuando los vecinos comenzaron a sentir en el aire un fuerte olor a gas. Descubrieron enseguida que una retroexcavadora que trabajaba en la construcción de la obra que se hace en avenida Monroe 2772, había roto un caño maestro de la empresa Metrogas. “Vinieron de Defensa Civil, pero el problema se produjo durante la madrugada”, le comentó a Página/12 la empleada de una mercería y taller de costura que está justo al lado de la obra.
Todo se agravó cerca de la 1 de la madrugada de ayer, cuando estaba trabajando una cuadrilla de Defensa Civil para solucionar el escape. “Fue como si se nos viniera encima una ola de fuego que nos expulsó hacia atrás, como en las películas, a mí y a las personas que estaban trabajando en el pozo donde está el caño dañado”, declaró a los periodistas Gustavo Acevedo, titular del Centro de Gestión y Participación Comunal 13, quien se había hecho presente para ponerse al frente del operativo.
Acevedo sufrió quemaduras en las manos y en el cuello. Algo similar les pasó a otras tres personas que lo acompañaban. De los cuatro accidentados, Acevedo y dos operarios fueron llevados al hospital Pirovano, donde los atendieron por las quemaduras y heridas sufridas. La cuarta persona fue asistida por médicos del SAME. El titular del servicio, Alberto Crescenti, explicó que ese operario había sufrido un principio de asfixia. “Estamos vivos los cuatro por un milagro”, aseguró Acevedo.
A las 9 de ayer, el escape de gas en Monroe fue controlado con la obturación del caño que había sido dañado, aunque proseguían los trabajos definitivos de reparación. Ayer por la tarde, el taller de costura trabajaba en forma normal, mientras que estaba cerrado un comercio de reparación de audio, TV y telefonía celular que está del otro lado del edificio en construcción. El caño roto está a menos de 20 centímetros de la línea de la edificación del futuro edificio y a poco más de 10 centímetros de profundidad. Ayer sólo quedaba un policía de consigna, en Monroe y Vidal, que advertía a los vecinos para que no traspasaran el vallado de prevención, dado que sobre la vereda hay un pozo profundo.
El segundo escape de gas, en Arcos 2822/2826, fue denunciado a las 8 de ayer por Víctor, encargado del edificio ubicado en el 2836 de esa calle. La fuga de gas se produjo dentro del edificio de siete pisos de Arcos 2822, que está prácticamente terminado, mientras que el de Arcos 2826 recién está en el comienzo de la obra. Al lugar llegaron los bomberos y personal de Defensa Civil. “Cerca de las ocho y media, les tocaron el timbre a los vecinos y les pidieron que salieran de sus casas, por precaución, pero al poco rato pudieron volver”, explicó Víctor a este diario.
“Las más preocupadas fueron las madres que estaban llevando a sus hijos a un jardín maternal que está acá, a media cuadra, y que también fue evacuado”, agregó el portero. En dos manzanas hay cuatro edificios que se están construyendo. Durante el día “los ruidos son tremendos”, comentó, un vecino.
El titular del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Antonio Pronsato, aseguró que lo ocurrido, en ambos casos, “no fue un accidente sino una impericia”. Afirmó que “ninguna de las dos empresas había efectuado el pedido de ‘desafectación del servicio’ (de gas) que corresponde hacer previo al inicio de los trabajos”. Metrogas confirmó que “antes de empezar las obras, los constructores deben pedir los planos en nuestra empresa o pedir el corte por demolición”. En el caso de Monroe “el trámite no se realizó” y en el de Arcos “recién lo hicieron hoy (por ayer)”.
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